jueves, 28 marzo 2024
Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

Parroquia San Onofre se ofrece como centro de recepción de fármacos para pacientes psiquiátricos

Desde hace dos años las farmacias del IVSS no expenden medicamentos psiquiátricos, lo que obliga a la sociedad civil a organizarse para apoyar a los pacientes y sus familiares. | Foto cortesía Génesis García

@mlclisanchez

La Parroquia Católica San Onofre, ubicada en el sector A-B de Terrazas del Caroní, en Ciudad Guayana, se ofrece como centro de recepción de donativos de medicamentos para pacientes psiquiátricos en crisis por falta de tratamiento.

La iniciativa nace de la necesidad de auxiliar a los al menos cinco pacientes psiquiátricos críticos que habitan en esta urbanización y que aunque muchos de ellos tienen criterio de hospitalización, en la ciudad no hay ningún recinto sanitario al que puedan acudir.

 

La OMS establece que un paciente con esquizofrenia, bipolaridad o depresión, e incluso con trastornos mentales severos, puede estudiar, trabajar y mantenerse activa socialmente solo si se le garantiza tratamiento continuo y atención especializada

 

Entre la escasez de medicamentos y el alto costo de los mismos, la sociedad civil se organiza para reunir un stock de medicinas donadas de familiares de pacientes ya fallecidos, pacientes que cambiaron su esquema de tratamiento o voluntarios, que queriendo ayudar, compren el tratamiento en la farmacia con el récipe del paciente a beneficiar a la mano.

Para retirar el tratamiento, de haber disponible, es obligatorio que el paciente o su familiar acuda a la iglesia con récipe e informe médico en mano.

Auxilio de donde venga 

Uno de los pacientes que más ayuda requiere dentro de la urbanización es Gabriel López, de 28 años. Padece esquizofrenia paranoide y lleva más de cinco días en crisis, primero por falta de recursos para completar el tratamiento, y después por el proceso de adaptación a un nuevo esquema de tratamiento.

Cuando su familia logró completar el esquema, Gabriel ya estaba fuera de control y con criterio de hospitalización: se desnuda, tira objetos fuera de su casa y se rehúsa a tomar el tratamiento por cuenta propia.

Quienes quieran donar algún fármaco psiquiátrico puede contactar a los números 0414 889-11-04, 0424 926-19-42 y 0414 864-03-38 | Foto EFE

Gabriel tiene prescritos al menos siete medicamentos que debe tomar diariamente. En medio de la crisis, no permite que su madre ingrese a su hogar, por lo que ella debe quedarse en casa de una vecina.

Su familia solicita apoyo económico para costear el tratamiento, y pagar atención médica especializada, ya que en el oriente del país todos los hospitales psiquiátricos públicos están en cierre técnico.

Especialistas aseguran que la mayoría de los pacientes son atendidos por su familia de forma ambulatoria, por falta de instituciones psiquiátricas públicas funcionales.

La madre de Gabriel relata que el muchacho estuvo hospitalizado en el Hospital Psiquiátrico de Ciudad Bolívar en dos ocasiones, y en la última, en 2019, salió peor de como entró pese a que ella tuvo que pagar a enfermeros privados para que lo cuidaran. “Lo afectó mucho estar ahí, por la alimentación deficiente, la falta de colchonetas, y que al final uno no tenía la certeza de que si dejabas el tratamiento se lo iban a dar, porque había muy poco personal capacitado”, dijo.

Para quien desee colaborar, su esquema de tratamiento es: haloperidol (50 mg) en inyección, olanzapina (10 mg), alprazolam (2 mg), carbonato de litio (300 mg), duloxetina (60 mg), serotonina 5 HTP (100 mg) y quetiapina.

Apoyo vecinal como paliativo 

Para estos pacientes, el Estado no tiene respuesta. Para enfrentar esta realidad, la sociedad civil intenta organizarse por cuenta propia. “Hay momentos en los que no podemos suministrar el tratamiento por los altos costos, entonces nos ayudamos entre los vecinos porque sin esas pastillas, mi hijo no puede hacer vida normalmente”, expresó Flor Torres, madre de Wilfredo Osuna, joven de 21 años que desde 2019 padece esquizofrenia.

Desde hace dos años las farmacias de Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) no expenden medicamentos psiquiátricos, por lo que a los pacientes y sus familiares se les hace cada vez más difícil costear en el sector privado el tratamiento que requieren.

Torres relató que en el Hospital Uyapar, el IVSS entregaba olanzapina cada dos meses. El tratamiento alcanzaba para 30 días, era suficiente. “Pero hace dos años dejó de hacerlo”, lamentó. Su hijo requiere olanzapina de 20 mg y alprazolam de 2 mg.

Sin tratamiento, familiares pierden el control de la situación y se quedan sin herramientas para enfrentar la emergencia, toda vez que los pacientes quedan desamparados. Al menos 30% de los pacientes que acuden a la consulta psiquiátrica del Hospital Uyapar están en condición de calle por esa razón.

 

Hay momentos en los que no podemos suministrar el tratamiento por los altos costos, entonces nos ayudamos entre los vecinos porque sin esas pastillas, mi hijo no puede hacer vida normalmente”, expresó Flor Torres

 

A mediados de mayo de este año, una mujer de 52 años con encefalopatía postraumática, trastorno de la conducción e insomnio, fue encerrada por sus familiares en su departamento de Terrazas del Caroní durante más de tres días. Ella tiene acceso intermitente al tratamiento y suele caer en crisis psicóticas al menos una o dos veces al año.

Durante las crisis es capaz de lastimarse a sí misma. En una ocasión intentó lanzarse del primer piso del departamento, pero recibió apoyo de sus vecinos. Mientras estuvo encerrada los residentes del sector le llevaban comida a diario a través de una ventana.

Aunque pidieron apoyo de las autoridades, para la paciente no hubo respuesta sino hasta más de tres días después, que fue cuando acudieron autoridades y funcionarios de CVG Bauxilum, la empresa donde ella trabajaba antes de que se le incapacitara por la enfermedad.

Su familia también requiere apoyo con fármacos para que la mujer no vuelva a caer en crisis. Su esquema de tratamiento es: risperidona 1,5 mg, amitriptilina de 25 mg y alprazolam de 2mg.

La OMS establece que un paciente con esquizofrenia, bipolaridad o depresión, e incluso con trastornos mentales severos, puede estudiar, trabajar y mantenerse activa socialmente solo si se le garantiza tratamiento continuo y atención especializada.

Sin protección 

Los principios para la protección de los enfermos mentales y el mejoramiento de la atención en salud mental de Naciones Unidas (ONU) establecen que toda persona que padezca una enfermedad mental debe ser tratada con humanidad, y respeto a su dignidad como persona.

Además, tienen derecho a la protección contra la explotación económica, sexual o de otra índole, el maltrato en cualquiera de sus formas, y el trato denigrante.

Risperidona, amitriptilina, alprazolam, olanzapina, quetiapina, sertralina y serotonina, son los fármacos que más requieren los pacientes psiquiátricos que solicitan apoyo | Foto William Urdaneta

Pero conforme se agudiza la escasez de psicotrópicos, y se encarecen los que están disponibles en Venezuela, aumenta la cantidad de pacientes en condición de calle a quienes ningún ente gubernamental garantiza protección y atención oportuna.

En apenas una semana, distintos medios de comunicación en Ciudad Guayana han reseñado al menos cuatro inconvenientes con pacientes psiquiátricos en condición de calle o en medio de brotes psicóticos que requieren atención especializada y oportuna.

Uno de los casos más recientes es el de un hombre que acudió a una farmacia de Ciudad Guayana a comprar un fármaco, en medio de la diligencia sufrió un brote psicótico y agredió involuntariamente a una persona de la tercera edad.

Acto seguido, funcionarios policiales lo sacaron a rastras del lugar mientras el paciente gritaba: “Ya va, no. Yo iba a comprar una medicina, déjenme comprar la medicina”.

En otro reporte, habitantes del edificio San Venancio de Puerto Ordaz, solicitaron ayuda para una mujer que deambulaba desnuda y desorientada en las adyacencias del edificio. Señalaron que tenía insolación y requería asistencia médica urgente. Aunque llamaron a las autoridades estos no acudieron para ayudar a la paciente.

Para ellos no hay plan gubernamental.