viernes, 29 marzo 2024
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Oenegés inician programa educativo para mitigar riesgos a la salud derivados de la contaminación por mercurio

Todos por el Futuro y Clima21 - Ambiente y Derechos Humanos elaboran materiales dirigidos a las comunidades de la cuenca del río Caura, en riesgo por la contaminación que deviene de la indiscriminada explotación aurífera. | Imagen referencial

Las organizaciones no gubernamentales Todos por el Futuro y Clima21 – Ambiente y Derechos Humanos establecieron una alianza estratégica dirigida a desarrollar e implementar programas educativos orientados a comunidades afectadas por la contaminación por mercurio en el contexto del extractivismo minero.

En principio, los materiales están dirigidos a las comunidades de la cuenca del Caura (estado Bolívar), una de las cuatro zonas identificadas como críticas, por una investigación en curso, por los altos niveles de contaminación existentes y el avance e impacto de la minería de depredación en la cuenca. El objetivo es llegar a un número mayor de comunidades afectadas.

Todos por el Futuro y Clima21 – Ambiente y Derechos Humanos explicaron que la contaminación por mercurio es uno de los principales problemas ambientales del mundo. La liberación al ambiente de este elemento y sus derivados produce graves problemas de salud a las personas, destruye ecosistemas y tiene efectos a largo plazo y a grandes distancias de las zonas afectadas.

La principal fuente de mercurio proveniente de actividades humanas resulta de la minería de oro de pequeña y mediana escala. En el año 2015 se estimó que esta actividad representó aproximadamente 38% de las emisiones mundiales de mercurio.

En Venezuela, el Estado no está realizando ningún esfuerzo por hacer un control efectivo del uso del mercurio en las operaciones de explotación de oro. Por el contrario, su política minera ha promovido la expansión vertiginosa de la explotación de oro en toda la región de Guayana y, por lo tanto, del uso del mercurio asociado a la misma.

Aunque no existen datos sobre el número de personas afectadas en Venezuela, las oenegés señalan que es posible que más de un tercio de la población guayanesa y los mineros provenientes de otras partes del país puedan tener problemas de salud asociados a la exposición al mercurio.

En este contexto, resulta claro el abandono por parte del Estado de esas comunidades frente a la minería. Así mismo, se niega el derecho a la información y educación de las comunidades sobre la contaminación por mercurio y los procedimientos para protegerse de sus efectos.

¿Hay soluciones a esto en Venezuela?

Las soluciones están definidas por las obligaciones de los Estados establecidos en el Convenio de Minamata, que tiene como objetivo proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y las liberaciones antropogénicas de mercurio y sus compuestos. También, de manera complementaria, por las orientaciones del Acuerdo de Escazú que promueve la implementación de los derechos de acceso a la información, participación pública y justicia en asuntos ambientales.

Sin embargo, a pesar de la existencia de estos instrumentos internacionales, su implementación e, incluso, su reconocimiento en Venezuela, está obstaculizado por intereses políticos y económicos.

Comunicación para mitigar riesgos

A pesar de esta situación, estas organizaciones no gubernamentales consideran que deben actuar para contribuir a disminuir los riesgos a la salud en comunidades afectadas por el uso del mercurio en la explotación de oro. Esta acción consideran que se debe realizar a través de proveer a las comunidades de información que les permita mitigar los riesgos a los cuales están expuestos.

Para iniciar este proceso, Todos por el Futuro y Clima21 – Ambiente y Derechos Humanos elaboran materiales dirigidos a las comunidades presentes en la cuenca del río Caura.

Este proceso educativo está orientado por cuatro ejes:

  Que las comunidades reciban información relevante y de calidad sobre la contaminación por mercurio y de cómo disminuir el riesgo de verse afectado por ella.

  Que todo el proceso tenga un enfoque de derechos.

  Que la información tenga pertinencia cultural de tal manera que se logre la apropiación de la misma en sus propios términos;

  Que la información tenga enfoque de género.

Asimismo, informan que desde el punto de vista metodológico el proceso debe estar dirigido a:

  Que se logre transmitir la información técnica de manera que pueda ser comprendida y apropiada por personas no especializadas.

  Que el proceso educativo logre establecer conexiones afectivas que vinculen la información técnica con valores humanos (familia, hijos, etc.) y valores relativos al espacio geográfico y social donde habitan las comunidades (orgullo por su territorio).

  Que los materiales sean atractivos de tal manera que capten la atención e interés de las personas que lo reciban.

Las oenegés están actualmente en el proceso de diseño del material y pronto iniciarán el envío de los primeros materiales educativos dirigidos a comunidades del bajo y medio Caura. Igualmente, esperan llegar a un número mayor de comunidades afectadas de tal manera que estén en la capacidad de tomar decisiones informadas sobre sus vidas, las condiciones de su entorno y sus derechos humanos.

Todo este proceso tiene como propósito promover la participación de la población en la defensa de su derecho a un ambiente sano y en la construcción de un futuro sostenible. (Comunicaciones Todos por el Futuro y Clima21-Ambiente y Derechos Humanos)

La imagen usada en esta nota y en la difusión en redes sociales son referenciales. Los materiales de la campaña educativa están en proceso de elaboración.