jueves, 28 marzo 2024
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Alertan graves consecuencias ambientales y de salud por el aumento del uso de leña para cocinar

En 90,74% de los 54 municipios estudiados -en los que se incluyó al municipio Caroní- las personas cocinan a leña, revela una investigación difundida recientemente.

Biólogos, ecologistas y consultores ambientales publicaron el informe Uso de la leña en Venezuela: una amenaza que se extiende, en el que alertan que la tala afecta áreas naturales, degrada las cuencas por la deforestación y genera problemas de salud a las personas que dependen de este insumo para cocinar.

En el país y especialmente en el estado Bolívar las carencias de gas doméstico han generado la tala de árboles en espacios como parques y áreas públicas. Los especialistas determinaron que en 90,74% de los 54 municipios estudiados -en los que se incluyó el municipio Caroní- las personas cocinan a leña, por lo que hicieron referencia a información suministrada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). “La contaminación del aire interior (de las casas) ocasionada por el uso de biomasa (como leña) aumentan la susceptibilidad de los niños a la neumonía”. Además, el humo de la leña genera enfermedades respiratorias como neumonía y bronquitis sobre todo en ancianos, niños y mujeres.

La deforestación, explican, disminuye el caudal de agua que llega a los embalses, afecta directamente la conservación de la diversidad biológica de la zona, tiene un efecto negativo sobre el cambio climático y contribuye con la emisión de gases de efecto invernadero, advierten.

El estudio documenta que los habitantes de casas tienen como primera opción cortar árboles de su patio, mientras que otras familias usan la madera de muebles viejos como fuente de leña. Otra práctica común es la búsqueda de madera de desechos o el derribo de árboles y arbustos de terrenos públicos o privados. Algunos comercios tanto formales e informales también venden leña ante la escasez de gas.

Los especialistas consiguieron indicios de la extracción de madera en áreas boscosas protegidas, un daño grave para la conservación del ecosistema. En Chichiriviche en Falcón, la leña de mangle es extraída en caños dentro o cerca del Parque Nacional Morrocoy y el Refugio de Fauna Silvestre de Cuare. Habitantes del municipio Mario Briceño Iragorry (Maracay) mencionan que los pobladores cortan madera de áreas ubicadas dentro del Parque Nacional Henri Pittier. En el estado Lara, en áreas cercanas al Parque Nacional Terepaima y Dinira, también están deforestando para buscar leña.

En Bolívar las comunidades pueden pasar hasta cinco meses esperando ser abastecidos con gas doméstico. Esto ha llevado a personas a caminar más de tres kilómetros para talar árboles en parques como La Fundación y el Cachamay de Ciudad Guayana.

En Bolívar no hay gas

    En comunidades como Manoa, Villa Gumilla, Los Alacranes y Core 8 de Ciudad Guayana han protestado por la escasez de gas. Habitantes de estos sectores terminan cocinado a leña

Un recorrido realizado por el Correo del Caroní en mayo logró determinar que en la planta de Bolívar Gas en Chirica tan solo estaba llegando una sola cisterna, de las seis u ocho que llegaban tiempo atrás, mientras que en la planta de Unare llegaba solo una cisterna de forma interdiaria de las cinco que recibían anteriormente.

En ese entonces, trabajadores señalaban que los problemas se debían a la baja distribución desde el Complejo Petroquímico José Antonio Anzoátegui, mejor conocida como la planta de Jose.

Una investigación de la periodista Celina Carquez, en el medio Crónica Uno, reveló que el consumo diario de gas licuado en el país era de 44 mil barriles diarios, mientras que la producción no supera los 20 mil barriles diarios.

Ante la escasez de gas, en mercados negros de Caroní los cilindros se comercializan entre los 30 y 70 dólares dependiendo del tamaño. Este servicio básico está lejos de ser alcanzado por muchos venezolanos, sobre todo por quienes dependen del salario mínimo de 400 mil bolívares, 0,90 centavos de dólar.

“La necesidad de garantizar el acceso a gas doméstico de bombona y que desde el gobierno se desestimule el uso de leña para la preparación de alimentos son dos acciones prioritarias para evitar que la afectación de zonas arboladas de áreas urbanas y rurales, y especialmente de zonas protegidas, se siga extendiendo y se convierta en mediano plazo en otro de los factores que contribuye a la deforestación en el país”, resaltan en el estudio.