viernes, 29 marzo 2024
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Cepal y OPS: “Si no se controla la curva de contagio de la pandemia, no será posible reactivar la economía de los países”

Latinoamérica y el Caribe enfrentan la peor crisis económica del siglo, con la pandemia 2,7 millones de empresas formales cerrarán, por ello, Cepal y la OPS proponen tres fases y cinco recomendaciones para reactivar progresivamente la economía de la región y fortalecer los sistemas sanitarios.

@mlclisanchez

La Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (Cepal) en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) explicaron en su informe Salud y economía: una convergencia necesaria para enfrentar el COVID-19 y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe, que en medio de la pandemia por COVID-19 la región de América Latina y el Caribe (ALC) enfrenta una crisis económica sin precedentes.

La crisis se traduce en el retroceso de una década completa, en el que la región registra ingresos económicos iguales a los de 2010, con una caída del – 9, 1% de los ingresos de la región en la que las exportaciones también caerán en 23% y el desempleo alcanzará 13,5%, que se traduce en 44 millones de personas sin trabajo.

En este escenario, en el informe conjunto la OPS y Cepal proponen una convergencia entre el sector salud y el sector económico para una progresiva recuperación económica que implica cambiar con urgencia la estrategia de desarrollo de los Estados para abrir paso a una recuperación económica inclusiva y sostenible.

Ambos organismos proponen tres fases para controlar la pandemia: el control de los contagios, la reactivación económica con protección y la reconstrucción de la economía de forma inclusiva y sostenible, esto requiere la articulación entre las políticas de salud y las políticas económicas que tomen en cuenta el sector social y productivo. 

   
En las Américas hay más de 140 mil nuevos casos diarios de COVID-19 durante la última semana de acuerdo con la OPS | Fotos William Urdaneta | Archivo

Tanto la Cepal como la OMS intentan poner fin al dilema de los Estados sobre reactivación económica versus las medidas sanitarias para contener al virus SARS Cov-2. “No hay este dilema entre salud y economía, ¡es salud!, no hay reactivación posible si primero no se aplana la curva de contagio en la región”, aseguró Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal en la presentación del informe.

Pero esto, plantea la Cepal, es un desafío estructural para la región, debido a los altos índices de pobreza y de economía informal, el acceso desigual al sistema de salud pública, la baja inversión en el sistema sanitario, y la poca capacidad productiva de algunos países, incluso antes de la pandemia.

Las recomendaciones más resaltantes de la comisión conjunta de la Cepal y la OPS que requieren el acatamiento inmediato de los Estados para enfrentar la pandemia reposan en una articulación entre las políticas de salud, económicas, sociales y productivas, entre ellas la implementación de un ingreso básico de emergencia por 6 meses a toda la población en primera línea de pobreza, esto tendría que ser complementado con un bono contra el hambre.

Por otro lado, por la proyección del cierre de 2,7 millones de empresas, la Cepal propone que los gobiernos ofrezcan ayudas entre los 300 y 500 dólares al mes durante al menos 6 meses a los trabajadores, y a su vez ofrecer créditos blandos.

A la par, estas acciones deben estar enlazadas con la flexibilización de créditos a pequeñas y medianas empresas, así como el cofinanciamiento parcial de la nómina salarial, en especial a las empresas que producen alimentos, todo con el fin de oxigenar a las compañías para que estas puedan soportar el período de contingencia, que tanto la Cepal como la OPS pronostican que será largo.

La vulnerabilidad económica incrementará la segmentación y la desigualdad dentro de las poblaciones por lo que las recomendaciones buscan garantizar el acceso universal a la salud y a la protección social. Esto podría subsanar las brechas que complican el acatamiento de las medidas sanitarias dentro de una población que depende en gran medida del comercio informal.

Gasto público incipiente

De acuerdo con la OPS, en las Américas hay más de 140 mil nuevos casos diarios de COVID-19 durante la última semana, por eso “no hay apertura posible sin que la curva de contagios haya sido controlada. Y no hay reactivación posible sin un plan claro que evite el repunte de los contagios a partir de testeo, trazabilidad y confinamiento”, reiteró el informe, y para ello se requiere financiamiento externo y aumento de gasto público.


Mujeres, comerciantes informales e indígenas con los grupos más vulnerables al contagio y a las consecuencias económicas de la pandemia de acuerdo con el informe
     

La OPS alertó que en Latinoamérica y el Caribe, el gasto público en salud está lejos de la meta propuesta, que es el 6,0%, lo que quiere decir que los gobiernos no invierten lo suficiente en salud pública. En la actualidad, la región solo alcanza un promedio del 2,3% del producto interno bruto (PIB).

A la par de un incremento del gasto público para invertir en la red hospitalaria y ambulatoria, la Cepal sostiene que la región debe reducir su dependencia de productos médicos importados, pues menos del 4% es hecho en la región. Los países deben mejorar su capacidad de autoabastecerse en insumos y aparatos médicos, así como fortalecer las industrias farmacéuticas una vez se controle la curva de los contagios.

Esto porque el sector salud es un área económica con una cadena de producción amplia, y, por lo tanto, es capaz de generar más empleos y más inversión y por eso tiene un gran peso dentro de los productos y servicios que puede generar un país completo.

Poblaciones vulnerables

La crisis afectará más gravemente a las mujeres porque representan más del 60% de la mano de obra en los sectores de alojamiento y servicios de alimentación y el 72,8% de la fuerza de trabajo en el sector de la atención de la salud, y tienen una mayor probabilidad que los hombres de trabajar en ocupaciones informales.

El hecho de ser las cuidadoras principales, pone a las mujeres en riesgo de maltrato en todas sus manifestaciones, durante la pandemia, ha aumentado la tasa de femicidios y violencia sexual.

Tanto la Cepal como la OPS alertaron que comunidades indígenas corren el riesgo de desaparecer. Este grupo poblacional vulnerable representa el 9,3% de la población de ALC, por lo que al menos 60 millones de indígenas están a merced del contagio, teniendo históricamente un acceso limitado a salud y alimentación y estando desprovistos de herramientas sanitarias para combatir al virus SARS Cov-2.

Afrodescendientes, migrantes, personas con discapacidad y comerciantes informales también son población propensa al contagio de acuerdo con la OPS, el 54% del empleo está conformado por trabajadores informales en la región.

Inseguridad alimentaria

Debido a que hay más de 96 millones de personas en pobreza extrema, la OPS alerta que habrá riesgos de una crisis alimentaria en la región porque un menor ingreso en los hogares implica un menor acceso a la canasta básica completa, lo que se traduce directamente en una menor calidad nutritiva en la ingesta diaria de las familias.

   
La comisión conjunta propone un subsidio entre los 300 y 500 dólares para familias vulnerables

“Los gobiernos han tomado medidas importantes, pero son insuficientes para dar cuenta de la magnitud de la brecha. El riesgo de la crisis alimentaria es real”, versó el documento.

La Cepal señaló que en este aspecto son las organizaciones no gubernamentales, fundaciones, comunidades locales y la sociedad civil en general quienes han jugado un rol fundamental para paliar el hambre.

Es el caso de países como Venezuela, en la que 9,3 millones de venezolanos están en inseguridad alimentaria y por ello organismos multilaterales solicitan su acceso al Programa Mundial de Alimentos para garantizar la supervivencia de las familias más vulnerables del país durante la pandemia por COVID-19, y para ello necesita aportes económicos de donantes internacionales porque el Estado venezolano no puede financiarlo.

Este programa permitiría el cumplimiento de una de las recomendaciones de la Cepal y la OPS: garantizar la protección social de las familias, y la producción de alimentos toda vez que el programa contribuya con la reactivación del sector agroalimentario del país.

Solo garantizando la convergencia entre el sector salud, economía y protección social se podrán tomar acciones que faciliten el acatamiento a las medidas sanitarias dentro de las poblaciones más vulnerables para frenar curva del contagio en ALC.