jueves, 28 marzo 2024
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Una pandemia dentro de otra pandemia: el aumento de femicidios en Venezuela

La violencia femicida aumentó 63% en comparación con 2019 en Venezuela advierte el Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas (Unfpa) con base a la data del monitor Utopix.

@mlclisanchez 

El Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas (Unfpa) junto a organizaciones como Utopix advierten que, hasta octubre, la violencia femicida aumentó 63% en comparación con 2019.

Así lo informaron en el foro organizado por Unfpa.

En el marco del inicio de los 16 días de activismo por la violencia de género, del 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre, la organización resaltó que urge acelerar el ritmo de programar políticas orientados a prevenir y responder integralmente a la violencia contra la mujer como una de las violaciones a los derechos humanos más extendidas y persistentes del mundo actual.

“Los femicidios en Venezuela han aumentado de manera alarmante durante la pandemia, por eso hemos comenzado a hablar de una pandemia dentro de otra pandemia”, dijo el representante de Unfpa en Venezuela, Jorge González Caro, durante el foro virtual Femicidio: ¿Cómo avanzar hacia la erradicación de la muerte trágica de mujeres por razones de género?, organizado por la oficina de la ONU.

   
Los protocolos para investigar femicidios dejan por fuera la perspectiva de género | Fotos William Urdaneta

Aimeé Zambrano, fundadora del monitor de femicidios Utopix, informó que 217 mujeres y niñas que han sido asesinadas en razón del género hasta octubre de este año, lo que representa un aumento de 63% de los femicidios en comparación a las 136 mujeres y niñas que fueron víctimas de femicidios en ese mismo período de 2019.

De esa cifra, 96 niños y adolescentes quedaron huérfanos luego de que sus madres fueran víctimas de femicidio mientras que en el país no hay un mecanismo de reparación para ellos.

El femicidio es la forma más grave de violencia contra la mujer, y supone la culminación de una reiterada violación de los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia.

Zambrano señala que, el femicidio es la ínfima parte de la violencia contra niñas y mujeres que puede prevenirse y que a menudo es precedida por otras formas de violencia, como la violencia psicológica, patrimonial o simbólica mientras que la crisis económica, política y social que atraviesa el país, propicia y encubre la violencia, además de desplegar mecanismos para que quede impune.

“Niñas y mujeres son violentadas con crueldad por el hecho de ser mujeres y en algunos casos son asesinadas como culminación de dicha violencia pública o privada”, puntualizó.

El femicidio puede ocurrir en circunstancias de dominación y subordinación masculina, en situaciones de violencia sexual, o en los que el cuerpo de la víctima es exhibido en lugares públicos. Circunstancias en las que el autor del crimen se beneficia de las condiciones de vulnerabilidad o riesgo de la víctima.

Expertos en el tema señalan que para erradicar este problema social es necesario comenzar a analizar las circunstancias en las que se perpetró el crimen, aseguran que es imperativo que los funcionarios públicos venezolanos desmonten sus propios estereotipos de género que condicionan las investigaciones y hacen que los femicidios sean investigados como homicidios.

“Es importante que el femicidio como la expresión más cruenta de violencia de género sea visible y se comprenda como algo que puede prevenirse”, manifestó Carmen Villasmil, coordinadora del componente de igualdad y equidad de Unfpa.

En el foro, los expertos presentaron una propuesta de ley en conjunto con ONU Mujeres basado en la Convención de Belem Do Pará que sirve como guía para los operadores de justicia y para quienes promueven la erradicación de estereotipos de género y que está orientada a procurar los más altos estándares de protección en contra de la violencia a la mujer.

La principal fuente del femicidio

La violencia de género y el femicidio se incrementan porque se debilitan las instituciones, los mecanismos de respuesta y las redes de apoyo que son obligación intransferible del Estado.

En ese sentido, la visibilización del problema con todas sus aristas es un elemento importante para desmontar los estereotipos de género. Así lo explicó la coordinadora nacional de violencia basada en género, Gioconda Mota Gutiérrez.

Gutiérrez señaló que es necesario avanzar en la difusión de información que permita comprender el problema, que logre niveles de sensibilización y comprensión ante la sociedad para reducir la normalización del problema y que contribuya con el desarrollo de políticas públicas que erradiquen la violencia de género y, por lo tanto, el femicidio.

La coordinadora explica que la fuente principal del femicidio son los medios de comunicación porque reproducen elementos estereotipados que espectacularizan la violencia y subvaloran su gravedad como flagelo social, aunque no exenta de responsabilidad al Estado.

“Por eso es importante comunicar que el femicidio siempre se puede prevenir trazando líneas que enfrenten el problema como raíz estructural y sociocultural y que a partir de ahí se pueden desarrollar medidas, normas, políticas públicas, procesos de socialización y educación que desnaturalicen el problema”, dijo.

Advirtió que, en un contexto de debilidad institucional como el venezolano, en la mayoría de los casos de femicidio las mujeres ya habían acudido a los sistemas institucionales de apoyo y las medidas no fueron oportunas y acordes para salvar su vida.

Repetición permanente

    La coordinadora nacional de Unfpa manifestó que la fuente principal del femicidio son los medios de comunicación

Patricia Mejía Guerrero, secretaria técnica de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Mesecvi), informó que, en Latinoamérica según la data más reciente, 87 mil mujeres murieron en el ámbito público y privado, mientras 50 mil de ellas fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. “Eso nos habla de 135 mujeres muertas cada año, son las últimas cifras, y mueren en contextos que deberían ser seguros para ellas”, afirmó.

Advirtió que en la región la mayoría de los casos no llegan a tribunales porque las investigaciones son ineficientes e inexactas. Además, especificó que menos de 1% de los casos llegan a tener sentencias reparatorias para las mujeres víctimas o sus familiares. Es la impunidad la que ocasiona una repetición permanente de esta forma de violencia.

Además de esto, los procesos de investigación están condicionados por los estereotipos de género de los funcionarios públicos. “En la mayoría de los países los protocolos para investigar femicidios, no son protocolos para investigar femicidios, son protocolos para investigar homicidios, los funcionarios llamados para hacer las investigaciones dejan por fuera la perspectiva de género”, afirmó.

Mejía informó que es común en la región, incluyendo Venezuela, que los Estados no inviertan presupuesto en políticas públicas para prevenir y reparar a las víctimas.

También alertó que la mayoría de los estados monitoreados por la organización no levantan cifras oficiales que permitan mejorar el análisis del contexto en el que se da la violencia contra la mujer.

¿Qué ocurre en la sociedad venezolana?

Aimeé Zambrano reveló que los resultados del monitoreo de femicidios basado en fuentes abiertas de Utopix señala que los 217 femicidios que ocurrieron este año en Venezuela se debieron, en parte, a elementos como la cosificación del cuerpo de las niñas y el hecho de que los hombres, al pensar que las mujeres y las niñas son de su propiedad, establecen relaciones de poder en la que ellas son objeto de violencia.

Zambrano establece que un elemento fundamental a analizar en la sociedad venezolana es la construcción cultural del amor romántico como forma de control que termina siendo normalizada por la mujer.

Otro elemento que destacó la experta es la violencia como la construcción de la masculinidad de los hombres, es decir, exhiben su fuerza desde la muestra de la violencia.

Por último, destacó la emergencia humanitaria compleja como elemento de tensión en los hogares. La mayoría de las víctimas de femicidio, murieron en un entorno donde se suponía que estaban seguras: en sus hogares.