domingo, 12 mayo 2024
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Las mujeres labran justicia por las víctimas de desapariciones forzadas en América Latina

Experiencias de Colombia, México y Venezuela sobre las desapariciones forzadas muestran un patrón en común: la impunidad estatal y la pertinaz lucha de las mujeres por erradicar el flagelo. | Foto Fabiola Ferrero

El Foro Una conversación del Fellowship en Resiliencia sobre las mujeres y las desapariciones reunió a tres representantes de Venezuela, Colombia y México, para explicar el fenómeno de las desapariciones forzadas en estos países y los riesgos y retos que implica para la mujer sumarse a la búsqueda de las víctimas y denunciar los casos.

Por México participó María Isabel Cruz, madre de un desaparecido y líder del colectivo de búsqueda Sabuesos Guerreras que agrupa a más de 300 familias; por Colombia estuvo Isabel Zuleta, líder de Movimiento Ríos Vivos -Antioquia, en defensa del territorio, y de las comunidades afectadas por desapariciones en la zona de influencia del proyecto Hidroituango; y por Venezuela, Clavel Rangel, periodista y coordinadora del proyecto Indelebles que denuncia las desapariciones en minas al sur del país.

Cada una llegó a las investigaciones y denuncias de desapariciones por un caso en particular. El de Rangel fue la desaparición del reportero gráfico de Correo del Caroní, Wilmer González, quien viajó a una zona minera y desde entonces no se supo nada más de él.

Zuleta, por su parte, por los más de 130 mil desaparecidos en Colombia, muchos de ellos en los ríos y para lo cual el Estado solo da evasivas y trabas en la búsqueda de las víctimas.

En el caso de Cruz, fue precisamente la desaparición de su hijo la que la involucró en el tema, siendo Sinaloa uno de los estados con más desapariciones en México.

 

En el contexto de las desapariciones están los niños dejados atrás. En Bolívar cuentan con una data de al menos 30 menores de edad a cargo de abuelos o vecinos, porque la madre iba a trabajar a una mina por 15 días o una semana, y no regresó.

El común en cada historia es la valentía e insistencia de las mujeres por buscar a los desaparecidos, a pesar de las amenazas, persecución, criminalización e incluso el riesgo a sus propias vidas, por indagar un tema del que por temor no todos quieren hablar.

Rangel destacó así la valentía de Lucy, la esposa de Wilmer Rodríguez, quien “a pesar de que el sistema le decía que no siguiera buscando porque podía tener consecuencias para ella, decide hablar y contar lo que estaba sucediendo. A partir de allí otras mujeres decidieron hablar. Fosas del Silencio recoge de 9 o 10 historias porque la valentía de una mujer animó a otras”, expresó.

“Las historias son madres que deciden ir por sus propios medios a buscar su esposo o hijo. También se lucha con la estigma de que si una mujer va a una mina es sinónimo de prostitución. Y la mujer, madre, esposa lucha con el estigma de decir que su hija o vecina está en una mina porque el Estado ha promocionado la idea de que si le pasa algo en una mina fue porque se lo buscó. Estas mujeres han roto con eso, con el estigma, con el miedo y el espiral del silencio que se crean en estas zonas que se han vuelto violentas en tan poco tiempo”, agregó Rangel.

Consideró que entre los principales riesgos está el vivir con la idea de ser perseguido, ya que a los familiares de las víctimas les dicen que son fácilmente ubicables y las amenazan con consecuencias por hablar o denunciar.

Incluso, hay castigos ejemplarizantes en las minas para quienes son testigos de esto, a fin de evitar que denuncien. Los cuerpos policiales forman parte de los que incentivan a los familiares a cesar la búsqueda.

A esto se suma la necesidad de trasladarse al lugar de la desaparición para denunciar, en un país donde escasea el combustible.

Para los periodistas, hablar de estos temas se convierte igualmente en un riesgo de persecución.

Impunidad en Colombia

Para Isabel Zuleta, lo que menos valora el Gobierno de Colombia es la vida. Destacó que las amaneabas hacia las mujeres van dirigidos con amenazar o asesinar a familiares de las lideresas de estos movimientos. También las someten a la persecución penal y las acusan de delitos orientados a perder su honra y que ninguna relación tienen con el tema de las desapariciones y la labor que hacen por eliminar este flagelo.

Las panelistas del Foro Resiliencia sobre las mujeres y las desapariciones resaltaron las historias de madres que deciden ir por sus propios medios a buscar a su esposo o hijo | Foto Fabiola Ferrero

“Llegan a acusarnos de ladronas, que no tiene nada que ver con búsqueda de desaparecidos. Nos acusan de cosas señaladas socialmente para que nuestra voz no resalte. Es un riesgo enorme en Colombia porque la justicia colombiana no opera, la Fiscalía no actúa”, señaló Zuleta.

Rol revictimizante

María Isabel Cruz considera que una particularidad en México es el rol revictimizante desde el momento en que desaparece el hijo, esposo, hermano. “Te mandan a todas las instancias que pudiera haber en el gobierno para parar un poco y que no hagas nada”, explica.

Consideró que en México hay más amenazas por parte del gobierno que del narcotráfico, aunque también lidian con esto.

Como recomendación, mencionó la necesidad de educar desde la casa, y contar con autoridades y una sociedad más empática con el problema de las desapariciones y todo lo que conlleva.

Rangel acotó, por ejemplo, que en el contexto de las desapariciones están los niños dejados atrás. En Bolívar cuentan con una data de al menos 30 menores de edad a cargo de abuelos o vecinos, porque la madre iba a trabajar a una mina por 15 días o una semana, y no regresó.

 

Llegan a acusarnos de ladronas, que no tiene nada que ver con búsqueda de desaparecidos. Nos acusan de cosas señaladas socialmente para que nuestra voz no resalte. Es un riesgo enorme en Colombia… la Fiscalía no actúa”.

Destacó la importancia de, en medio de las circunstancias políticas, visibilizar junto con organizaciones internacionales para ayudar a ampliar las voces de mujeres.

“No es un número, Lucy representa a muchas más que no pueden hablar. Cada voz ayuda a posicionar el tema para que el gobierno diga algo”, sostuvo.

Asimismo recomienda el fortalecimiento de las organizaciones defensoras de derechos humanos, las cuales están proponiendo reformas legales que puedan aplicarse una vez recuperado el estado de derecho y de justicia.

Zuleta apuesta por el fortalecimiento de las organizaciones de base. Explicó que en Colombia no permiten organizarse y animar a la conformación de más colectivos dedicados a la búsqueda de desaparecidos. Promueve también la protección de los sitios de riesgo.

“Colombia no quiere que los muertos hablen, los muertos que tienen que decir algo en relación al conflicto armado. Los ríos de Colombia están llenos de cuerpos, han sido ríos de sangre, pedimos protección de ríos y montañas, y que no se usen en proyectos de desarrollo, como minas, hidroeléctricas y las industrias para desaparecer a los desaparecidos, que se borre la huella de lo que ha ocurrido en el país. Necesitamos saber qué hay detrás de la desaparición forzada para desactivarlo. No solo queremos encontrar a desaparecidos sino pararlo”, puntualizó.

De acuerdo con el monitoreo que realizan periodistas independientes en alianza con la Comisión para los Derechos Humanos y la Ciudadanía (Codehciu) para el proyecto de investigación Indelebles, entre 2012 y 2020 se contabilizaron 82 personas desaparecidas en el estado Bolívar (Venezuela), 12 de ellas se registraron durante el año pasado.