jueves, 28 marzo 2024
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SOS Orinoco y comunidad indígena condenan fiesta en tepuy de Canaima y alertan sobre daños ambientales irreparables

El empresario y director del Campamento Canaima celebró su cumpleaños -el 4 de febrero- con una fiesta privada en la cima del emblemático tepuy Kusari, área con vegetación de valor científico, frágil y de difícil recuperación.

@mlclisanchez

La oenegé SOS Orinoco acusó a Rafael Oliveros, director del Campamento Canaima, de promover un turismo insostenible que viola reglamentos ambientales y expone la fragilidad ecológica del Parque Nacional Canaima, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994.

La acusación se debe a que Oliveros, quien en 2016 fue nombrado miembro del Consejo Nacional de Economía Productiva, celebró su cumpleaños el viernes 4 de febrero con una fiesta privada en la cima del tepuy Kusari (cerro Venado), frente a la laguna de Canaima, en el estado Bolívar.

La comunidad indígena pemón también condenó el hecho e hizo un llamado al Estado a respetar los espacios naturales y la cultura ancestral.

Una fogata sobre el herbazal

SOS Orinoco denunció que, sobre la cumbre del tepuy sagrado para los pemones, donde crece una vegetación de gran valor científico, frágil y de difícil recuperación, Oliveros permitió la instalación de un campamento temporal, en el que cada carpa tenía pijamas individuales y personalizadas para los invitados, tal como difundió Osmel Sousa en sus redes sociales.

En el lugar donde la élite instaló un campamento -y vertió arena- crece una vegetación de gran valor científico, frágil y de difícil recuperación

En el herbazal que crece en suelo rocoso y pobre, que es difícil de recuperar y que es único de esas montañas, vertieron arena para hacer una fogata circular.

El evento ilegal realizado con la aquiescencia del Ministerio para el Ecosocialismo, contó con la presencia de personalidades como Osmel Sousa, Aura Marina Hernández, Titina Penzini y otros invitados vinculados con el régimen de Nicolás Maduro, que llegaron a la fiesta en al menos nueve vuelos en helicóptero.

“El tipo de turismo y actividades que Venetur y Rafael Oliveros están promocionando en parques nacionales, más aun, un sitio de Patrimonio Mundial como Canaima, viola los reglamentos que están diseñados para proteger justamente la fragilidad ecológica de este lugar único en el planeta”, denunció la organización.

“Un evento de esta naturaleza, que además es de carácter privado, y que no tiene ningún sentido público, no es sólo una violación al Estado de Derecho, sino una afrenta y una bofetada a la dignidad y el honor de todo el pueblo venezolano, especialmente en un momento tan trágico por el que atraviesa el país en medio de una crisis humanitaria compleja reconocida por todos los organismos internacionales”, indica el comunicado.

El evento, que también fue condenado por ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil, infringe principalmente los artículos 19 y 20 del Reglamento 276 sobre la Ley Orgánica de Ordenación del Territorio, referentes a las actividades prohibidas y restringidas dentro de ecosistemas frágiles como Canaima.

SOS Orinoco sostiene que la actividad debe definirse como restringida por ser de recreación masiva, con aglomeración de personas en una superficie pequeña, donde se fomenta el consumo de bebidas alcohólicas, hubo fuerte perturbación sonora y lumínica, y ocurrió en horario nocturno prohibido (9:30 pm-5:00 am) y con pernocta en un sitio no acondicionado para eso.

Pronunciamiento indígena

“La afectación tiene valor intangible para nosotros, y también tangible. Se trata de un tepuy, un parque, una cultura, esto es una violación flagrante”, expresó un indígena

En entrevista con Correo del Caroní, miembros de la comunidad indígena pemón Moroko (una de las dos comunidades más cercanas al tepuy Kusari) comunicaron su descontento ante la acción, que de paso fue inconsulta.

Informaron que desde el fin de semana han realizado cinco reuniones para redactar un comunicado que será firmado por las 16 comunidades que componen el sector II de Canaima, donde se ubica el tepuy Kusari.

Los indígenas exigen al Estado respeto a la biodiversidad y a las autoridades indígenas.

“No solamente los tepuyes, también toda nuestra flora y fauna es sagrada. No consideramos que sean solo elementos de uso y provecho, formamos parte de esa entidad. Si les pasa algo, nos afecta como si fuese un hermano nuestro porque hay una conexión intangible que es invaluable”, expresó Gabriel Figueroa, miembro de la comunidad Moroko.

“Como miembros de esta comunidad, que somos los afectados directamente, a través del consejo de ancianos, de diferentes miembros de otros sectores de esta comunidad hacemos el llamado a las autoridades de instituciones públicas y privadas que hacen vida en esta zona a que deben respetar y deben consultar todas estas actividades con nuestras autoridades locales para que estas hagan un pronunciamiento oficial dirigido hacia estas instituciones que violentaron estos espacios”, agregó.

Figueroa informó que en los próximos días se publicará el pronunciamiento oficial de las comunidades afectadas.

Daño permanente

El impacto de estas celebraciones consideradas ilegales por vulnerar el ecosistema, provocan un daño duradero y, en la mayoría de los casos, irremediable.

El periodista Fritz Sánchez informó que una de las consecuencias de estos eventos es la introducción de especies exóticas que desplazan a la flora nativa del tepuy.

Canaima, área natural protegida y patrimonio de la humanidad, no solo debe resistir a la explotación ilegal de minerales que se extiende por más de mil hectáreas del territorio, sino también al capricho de empresarios, autoridades gubernamentales y allegados. La opulencia de organizadores e invitados también contrasta con un país sumergido en emergencia humanitaria.

A la fiesta asistieron Osmel Sousa, Aura Marina Hernández, Titina Penzini y demás allegados al régimen de Nicolás Maduro, que llegaron en al menos nueve vuelos en helicóptero