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Luis Ramón Cabareda Fermín, ingeniero electricista egresado de la Universidad de Los Andes, murió este lunes 24 de agosto por una complicación cardiaca asociada al nuevo coronavirus. Cabareda fue un hombre multifacético, ocupó cargos públicos y en el sector privado en Ciudad Guayana, desarrolló más de 950 proyectos de ciencias y trasladó sus teorías científicas a ensayos y libros, área en la que se acercó a la literatura.
El ingeniero, oriundo de Macareo Santo Niño en el estado Delta Amacuro, desarrolló más de 950 proyectos de ingeniería eléctrica y fue escritor, constructor de nuevos conceptos y principios, y también deconstructor de teorías en áreas científicas y de ingeniería. Desde 1985 escribió ensayos y libros sobre teorías científicas e, incluso, coqueteó con la literatura al escribir la novela Plácido Roncagallo: El Delincuente del Amor, donde contó en seis capítulos una versión de la historia de amor entre Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler.
Se especializó en potencia y comunicaciones, sistemas de protección contra descargas atmosféricas, sistemas de puesta a tierra del tipo electrolíticos, dosimetría nuclear, tecnología en sistemas de aguas, astrofísica, microfísica y electrofísica.
Fue director de Obras Públicas en Delta Amacuro; fue gerente de Cadafe en la región Guayana entre 1979 y 1980 y fue miembro del Comité de Electricidad del estado Bolívar. En Ciudad Guayana, ejerció algunos cargos gremiales: vicepresidente de la Cámara de Industrias y Comercio de Puerto Ordaz y director del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio).
Un invento para dispersar la energía de un rayo
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Cabareda inventó el Sistema Ionizante Natural de Protección Eléctrica y Energías para solucionar los apagones o fallas eléctricas generados por las descargas atmosféricas. En una entrevista en el programa «Al descubierto» transmitido por el canal Venevisión, hace 11 años, el ingeniero expuso que esta era un invento moderno y único en el mundo, capaz de dispersar y propagar a la masa terrestre la energía de la descarga de un rayo “que causa pérdidas de miles de millones de dólares a empresas eléctricas y a los usuarios que son los que más padecen porque de un apagón no se escapa nadie”, dijo.
Además, explicó que la energía de un rayo está en el orden de 500 mil amperios, mil millones de kilovatios y más de 100 millones de voltios. “Si nosotros sumáramos la energía producida por todas las empresas hidroeléctricas del mundo no alcanzaría ni el 10% de la energía de un solo rayo”, agregó.
Según su página web, los rayos “son la causa principal del 85% de las fallas y daños a los equipos de potencia y electrónicos de alta sensibilidad como: tomógrafos, resonadores magnéticos, subestaciones eléctricas, refinerías petroleras, torres y líneas de transmisión, entre otros; que causan enormes pérdidas en miles de millones de dólares paralizando industrias, clínicas, ciudades y hasta un país entero”.
Hasta ese momento, comentó, los ingenieros electricistas solo tenían barras copperweld y las mallas de tierra para dispersar las descargas atmosféricas, pero con baja capacidad de dispersión. Su invento Pararrayos Ionizante Natural, destacó, “puede alcanzar a proteger un área hasta de 10 mil metros cuadrados, o sea, una hectárea. Y el Electrodo Iónico Trimetálico Activo Triac de Puesta a Tierra puede dispersar en la masa terrestre más de 500 mil amperios y más de mil millones de kilovatios”, sentenció.
En la entrevista también resaltó que su invento fue certificado en el XV Congreso Internacional de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y Sistema (Intercon), celebrado en Perú en 2008; por la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (Unexpo) y ganó el premio de invención y tecnología del Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Fundacite en 2006.
Entre sus múltiples estudios, desarrolló un nuevo diseño y cálculo de ingeniería para sistemas de protección eléctrica y energías contra descargas atmosféricas, estudió la relación de Dios con el universo, el Big Bang, la teoría de los agujeros negros, creó la teoría de El Partonatón o Partícula-n: la partícula o elemento que permite a los seres humanos pensar, entre otros.
Vida gremial activa
Pedro Acuña, presidente del Colegio de Ingenieros, lamentó la partida física de Cabareda y recordó las primeras impresiones que tuvo de él en sus intervenciones en las jornadas y asambleas del gremio, hace 20 años atrás. “Siempre daba clases en sus intervenciones, eran como de abogado, conocía muy bien la ley del ejercicio de la profesión de la ingeniería, conocía cada artículo”, expresó.
Ya estando como presidente del Colegio, logró conocer a “el Luis inventor”. “Era una figura que creaba respeto, un caballero, enaltecía ser ingeniero y te hacía sentir orgulloso de pertenecer a este gremio, eso es lo que yo sentía cuando lo veía”, dijo.
El ingeniero mecánico y asesor urbano, Simón Yegres, comentó que desde la década de los 80’ presenció el desenvolvimiento que tenía Cabareda en las asambleas del Colegio de Ingenieros. “Como ciudadano e ingeniero era una persona respetuosa y respetable. Respetuoso porque era un caballero en su presencia y en la forma de presentar los argumentos y respetable porque el contenido y la profundidad de sus planteamientos siempre era de calidad y no se quedaba en superficialidades”, agregó.
Destacó que aunque no ocupó algún cargo dentro de la directiva gremial, siempre participó y se hizo sentir, pues era consecuente y siempre estaba dispuesto a ayudar.
“Era un colega que no hacía alarde de todos los méritos que tenía como profesional, seguramente no recibió todo el reconocimiento que ha debido merecer por su ejercicio profesional, su creatividad e ingenio. Sin duda alguna, el gremio pierde a uno de sus referentes en la ciudad, perdimos a un gran baluarte en la región”, finalizó Yegres.
