martes, 19 marzo 2024
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Enrique Castells, presidente ad hoc de la CVG: “Claro que estoy frustrado, estamos en el limbo”

La comisión designada por Guaidó ha logrado a duras penas bloquear 25 millones de euros de CVG Internacional al régimen de Maduro. Pero las deudas florecen y las actividades de auditoría se ralentizan. Su presidente confiesa estar de manos atadas. | Foto Clavel Rangel

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Hace una semana el gobierno de Nicolás Maduro intentó traspasar 25 millones de euros de la cuenta en España de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) hacia Rusia. También demandó a la comisión ad hoc de CVG que, en 2019, fue designada por Juan Guaidó para la recuperación de los activos de la corporación en el exterior. La transferencia no se ha concretado pero podría ocurrir, alerta Enrique Castells, director de CVG ad hoc, ingeniero y expresidente de CVG Venalum (1984-1986, 1989-1993).

La maniobra es una de las tantas con las que Castells y la comisión ad hoc han tenido que lidiar desde entonces. Se siente “frustrado” y de “manos atadas” porque ni han podido recuperar los activos, ni han auditado las operaciones de CVG en España, Estados Unidos y Costa Rica. ¿Por qué? Según Castells, porque se debe todo: salarios, la renta del alquiler de las oficinas, impuestos, y, en el caso de la oficina de Miami, ni siquiera han entrado porque se venció el arrendamiento. Allí hay más de 400 cajas en las que, presumen, hay pruebas de los delitos de corrupción de los que se ha acusado a Maduro y la Fuerza Armada Nacional. Pero, sobre todo, porque “todos pensábamos que el cambio venía en 2020” y ya tienen dos años tratando de recuperar activos en el exterior, pero con serias limitaciones logísticas y políticas.

Tanto Castells como los demás miembros de la comisión ad hoc no han cobrado honorarios porque no se ha aprobado el presupuesto para sus operaciones. “Estamos todos en el limbo”, señala. Para ello tendrían que tener una licencia de la OFAC, que tampoco se ha entregado. “Ningún banco nos va a abrir una cuenta sin tener la licencia”. Entonces, a pocos días de que presenten resultados a la Asamblea Nacional 2015, los avances son muy pocos.

– ¿Cuándo finiquita la misión de CVG ad hoc? ¿Cuál es la razón de ser?

– El objetivo principal es recuperar los activos de la nación. Por ejemplo, la CVG en Europa tiene entre 25 y 20 millones de euros en varios bancos. Eso es poco, porque si hablas de Pdvsa o el Banco Central de Venezuela (BCV) en el exterior, eran como 230 millones de dólares que tenían en Nueva York, y ahora están congelados. Tenemos que recuperar Alucasa (empresa procesadora de aluminio en Costa Rica), esa es la función nuestra. 

– ¿Y cómo van en esa misión?

– Lo de Alucasa ha sido un desastre. No hemos podido hacer nada. 

 

Hemos hecho análisis de lo que consideramos serán las inversiones, pero la única manera de estar seguros es el día que regresemos y hagamos una auditoría a las 33 empresas de la CVG, más o menos por allí andan”.

– ¿A qué se refiere?

– En este caso, me refiero a conseguir la gerencia de la empresa y sus activos. La misma empresa Alucasa, la DEA los investigó. Estaban traficando con drogas. En el caso nuestro, en el caso de CVG Internacional filial Europa, que la manejaban los chavistas, las mujeres que estaban adentro nos entregaron las llaves y pudimos entrar en las oficinas. Les congelamos las cuentas de los bancos a los chavistas, y bueno, allí están. Se ha gastado un dineral con los abogados, pero nosotros no tenemos plata para ningún abogado. Entonces tenemos un contrato de pago por resultados. Ellos están gastando sus reales hasta que nosotros consigamos la plata, y cuando la consigamos, la pagamos. 

– ¿Qué abogados están trabajando en esto?

– Tenemos tres grupos. Dos americanos y uno español. 

– ¿Son venezolanos?

– Hay un venezolano en el grupo español, pero no. Tú sabes que eso en España son chavistas. Nosotros logramos que nos dieran la dirección de las empresas, al día siguiente fue a transferir la plata de los bancos y me congelaron las cuentas de CVG Europa. 

– ¿Las oficinas en EE UU si las han podido tomar?

– Las tomamos. Las cuatro mujeres que trabajan allí nos abrieron las puertas en 2019. 

– ¿Y quién maneja CVG Internacional en Estados Unidos?

– Hay un problema: nosotros tenemos que hacer la auditoría y resguardar los activos de la nación. Entonces, en el caso nuestro, entramos en las oficinas, habían 400 cajas para hacer auditoría, y de repente no teníamos presupuesto, nos cerraron las oficinas porque tenemos un año sin pagarle. Debemos más de un año de más de pago de las oficinas, y cuatro salarios a las trabajadoras. 

– ¿Y la de Europa?

– Allí también tenemos el problema de impago, pero a las oficinas podemos entrar. Están esas oficinas cerca de Madrid. 

– ¿A Alucasa pudieron entrar?

– No. 

– ¿Y la comisión tiene salarios para seguir operando?

Castells propone una auditoría inmediata apenas exista un cambio de gobierno, una transición que pensó se concretaría en 2020 y de la que ahora no tiene expectativas 

– El presupuesto de 2020 tiene medio millón de dólares que debemos de 2019 en gastos de oficina. Por ejemplo, lo que debemos en oficina son más de 100 mil dólares. A las secretarias les debemos como 80 mil dólares. No hemos pagado los impuestos. Debemos plata a otras empresas. A la empresa que nos hacen los impuestos le debemos como 12 mil dólares. Nosotros hemos recibido como 3 mil dólares, pero el presupuesto del año pasado, que se suponía que tenía que aprobar, era un millón y medio de dólares para todas las ad hoc pero… Después lo bajaron a 200 mil. Lo aprobaron, pero luego el gobierno americano no ha dado autorización para que los bancos reciban la plata. Es un rollo. 

– ¿La toma simbólica de oficinas dificulta la operatividad de la CVG en Venezuela?

– Sí, sí, supuestamente le debemos un realero para muchas empresas a las que el chavismo le compró equipos. Pero para eso necesitamos las auditorías. 

– ¿Cuál es el estado operativo de CVG ad hoc?

– Estamos terminando un informe de lo que recomendamos para el futuro. 

– ¿Qué falta por hacer?

– Cambiar de gobierno. Todos pensábamos que esto iba a cambiar. Nos nombraron en agosto de 2019, ahora ya tenemos dos años. 

– ¿Pensó que para 2021 ya había un cambio de gobierno?

– Todos pensábamos que el cambio venía en 2020.  

– ¿Y a qué atribuye que esto no se ha logrado?

– …No sé. Clavel, yo soy técnico. Aunque eso es una estupidez decirlo, decir que uno es técnico, porque la política es demasiado importante para dejárselos a los políticos. En una situación donde la gente dice que no cree en los políticos, nuestros políticos, en vez de trabajar juntos, estamos dispersos. Eso le ha dado fuerza al régimen. Lo de ellos es hablar, hablar, y con este régimen no se puede hablar. 

– ¿Y cómo ve el Acuerdo de Salvación Nacional?

– Es que no la he visto completa. ¿Cuál es la propuesta? 

– Me refiero a la posibilidad de que haya una negociación entre la oposición y Nicolás Maduro.

– Bueno… ¿pero ya no hemos tenido a los noruegos que vinieron y siguen en el mismo cuento? A esta gente le importa un carrizo el pueblo.

– ¿Por qué decide involucrarse en esto a pesar del panorama?

– Porque yo tengo más de 10 años pensando en cómo recuperar a Guayana. Guayana me dio los mejores años de mi vida. Estuve con personajes clase aparte: con Argenis Gamboa y con Leopoldo Sucre Figarella. Me enamoré de Guayana. Yo he dado muchas vueltas y, te digo, no hay ningún país en el mundo que tenga lo que tiene Guayana. 

– ¿Cómo se siente después de estos dos años de trabajo?

– Frustrado, de manos atadas. Estoy asesorando a otra gente que no tiene nada que ver con la CVG porque tengo que vivir, de una manera u otra. Tenemos tanto talento.

El trabajo de la comisión ad hoc

– Según las investigaciones que maneja la comisión ad hoc de CVG, ¿Qué pasó con el Fondo Chino en Alcasa y Venalum?

– No sabemos nada, y tengo gente adentro. Lo que se sabe es que pagaron una cuerda de reales. Hasta los mismos chinos, entiendo, estaban involucrados en la corrupción: ellos también recibieron, pero no te puedo decir ni cuantificar que fue así. Lo que sí sé es que se gastaron unos reales. El laminador sí sé que costó 60 millones de dólares, y entiendo que han pagado más de 100.

Las celdas tienen metal congelado. En el caso de Alcasa mi cálculo era como 30 mil toneladas, y el precio de hoy es 2 mil dólares por tonelada, y eso quiere decir que son 60 millones de dólares. Mi recomendación era que la fundieran y la dieran valor agregado, pero ellos lo que hicieron fue venderlo y se cogieron los reales. Aunque sea que le hubiesen dado algo a los trabajadores, porque CVG tiene 60 mil trabajadores, aunque sea 500 dólares a cada uno. 

– ¿Eso es lo que quieren hacer con Venalum?

– Lo que han dicho es que le van a pagar 100 dólares a los trabajadores que participen en el desguace, pero allí tiene 140 millones de dólares de rectificadores que no se pueden usar para ningún otro tipo de línea.

– ¿En qué está trabajando la comisión ad hoc de la CVG?

– Tenemos como si fuera una junta directiva, una junta administrativa. Cuando yo regresé a Venezuela, antes que me nombraran, uno de los políticos de la comisión de finanzas me dijo que no había plata para la CVG, y que no había garantías para la CVG. Entonces le pedí a (Juan) Guaidó que me diera un mandato para buscar plata, entonces conseguí un mandato: una carta de intención. Las inversiones que nosotros vemos son de 20 mil millones de dólares para la CVG. No te puedo decir mucho sobre eso porque ¿Qué es lo que nos vamos a encontrar? Nos vamos a encontrar un desastre, ¿entiendes? Hemos hecho análisis de lo que consideramos serán las inversiones, pero la única manera de estar seguros es el día que regresemos y hagamos una auditoría a las 33 empresas de la CVG, más o menos por allí andan. Eso es lo que ha estado haciendo la junta administrativa. Cada director tiene un área: el área de aluminio es de William Suárez y Roberto Arredondo, el área de acero es de Dick Souki y Fernando Goyenechea, entonces hemos recibido informes de todo el mundo. 

– ¿Y el oro?

– Eso no lo hemos asignado específicamente, pero tenemos, además de la junta, tenemos un comité de expertos en las diferentes áreas. Tenemos expertos en oro, tenemos expertos en el área de agricultura. Nosotros tenemos un informe que falta poco terminarlo que se llama Guayana, futuro de Venezuela. Aún le faltan varias cosas a ese informe. Me han dicho que no quieren que la CVG sea lo que fue cuando fue con Leopoldo (Leopoldo Sucre Figarella), que hacía todo. Entonces el político este que me dijo que no había plata, me preguntó: ¿Cuánto vale la CVG? Y yo le dije nada. No vale nada. Y yo le dije: ¿Cuánto vale Pdvsa? Nada. ¿Entiendes? Estamos en una situación en el que el potencial sigue allí… 

– ¿Por qué no vale nada, a qué se refiere?

– Bueno, la industria del aluminio está, básicamente, chatarreada. ¿Qué es lo que vale? Tenemos que invertir en la industria del aluminio como 4 mil millones de dólares.

– ¿Y las ventajas comparativas? ¿No son algo atractivo?

– Sí, pero una vez que esté en producción no hay nadie en el mundo que nos gane produciendo oro, acero y aluminio. Nadie. Tenemos las represas, y tenemos en presupuesto construir dos represas más. Nuestro asesor nos dice que es más barato montar los paneles solares, pero eso no está comprado, dice nuestro asesor. Pero a la misma vez: ¿Para qué sirve una represa? Para el agua y la electricidad. La gente no se da cuenta: el río Caroní es un río 100% venezolano. Entonces las ventajas comparativas no hay nadie que nos gane, por eso la pregunta no es privatizar sí o no, la pregunta es cuándo privatizamos. 

– ¿Hay distintas visiones sobre la participación privada? ¿Qué figuras se están evaluando?

– En sí no hemos tenido nadie que nos diga, específicamente, queremos invertir en aluminio. Yo fui a ver una empresa aquí en Estados Unidos de acero. Es tan eficiente que para producir un millón 500 mil toneladas tienen quinientas personas, si fuese Sidor serían 3 mil personas. Entonces el presidente me dice: ¿Enrique, cuánto crees que gane aquí en promedio un trabajador? Y su respuesta fue 140 mil dólares cada trabajador. Pero ya no es el trabajador común y corriente. Ellos gastaron 10 millones de dólares para entrenar 500 personas, 20 mil dólares cada uno. Es un tipo entrenado, un técnico de primera. El día que el gobierno americano apruebe inversiones en Venezuela nosotros invertiríamos 150 millones de dólares. Esta cifra es muy importante: 80- 20. 80% debería ser el préstamo, 20% el capital, eso es un proyecto normal. ¿Cuáles son las garantías? Cuando se haga la auditoría técnica, de allí se desprenderá un estudio de factibilidad, y ese estudio me dirá si es posible recuperar las celdas sí o no. Allí es donde entra esto: si es factible, en la industria del aluminio, nos darían el 100% de financiamiento. 

“Entendí que Glencore había financiado 500 millones de dólares y se le debe un monto bien importante. No nada más a Glencore, también a otras empresas”  | Fotos Clavel Rangel

– Pero no estamos hablando acá de una privatización, ¿no es así?

– No, sino de alguien que financia a cambio de producción, de garantías de contrato. Todo el mundo dice: Enrique, habla conmigo después del cambio de gobierno. Todo el mundo dice: nos va a llover plata. Y sí, ¿pero cuándo nos lloverá? He hablado con María Corina, y he hablado con otra gente sobre la privatización.

– ¿Qué términos están discutiendo de esa eventual privatización, tanto términos políticos como económicos?

– Vamos a asumir que llega el momento de privatizar. 

– Asumamos que ya Maduro no está en el poder, hay un gobierno de transición y comienza esta discusión: ¿Qué recomendaciones hay sobre la mesa?

– Privatizar para mí quiere decir que las empresas ya están en plena capacidad. Eso tomará entre 3 y cinco años. 

– ¿De qué empresas estamos hablando?

– De las empresas de la CVG. 

– ¿Todas?

– Todas. Yo creo que eso tomará tres o cinco años. ¿Lo podemos hacer? Claro, ya lo hicimos con Venalum anteriormente. Esa expresión que han escuchado: to good to be true, me lo dijo uno de los que le quitaron una de las empresas. Para que vengan inversiones hay varios puntos que tienen que estar claros: primero, la ley de inversiones extranjeras. Es algo que tiene que estar bien claro, eso les tomará algún tiempo. Segundo: nosotros estamos en el sur de Venezuela. ¿Qué hay allí? Allí está la guerrilla colombiana, la guerrilla nuestra, es decir, una situación bien crítica. Eso tiene que estar resuelto. 

– ¿Qué tan importante es la ley de inversiones extranjeras?

– Bueno, es lo más importante. 

– ¿Qué se determinaría allí?

– Cuáles son las condiciones nuestras para los inversionistas que vengan de afuera. Ya se robaron las empresas. ¿Crees que la gente va a venir a invertir con este gobierno, sin estar seguros de que la situación política esté normalizada?

 

En una situación donde la gente dice que no cree en los políticos, nuestros políticos, en vez de trabajar juntos, estamos dispersos. Eso le ha dado fuerza al régimen. Lo de ellos es hablar, hablar, y con este régimen no se puede hablar”.

– ¿Qué atractivos están considerando dentro de esa ley de inversiones extranjeras?

– Quizás le doy un tiempo libre sin impuesto, que puedas repatriar el 100% de las ganancias. Entonces, ¿Cuáles son las condiciones? Tienes impuesto sobre la renta, puedes usar el contrato eléctrico, eso serían los puntos más importantes para promover la inversión nuestra. 

– ¿De qué modelos estamos hablando? ¿Cómo el de Venalum con los japoneses, o el de Ternium-Tenaris con Sidor?

– Algo así. Yo fui asesor en Rusia, en India, en Turquía, en Bosnia. Me gustó mucho la experiencia en India. Yo quisiera mucho que cuando privaticemos a los trabajadores se les dé acciones con unos términos, pero hay que decidir cuándo vamos a privatizar. Porque ¿qué pasó con Ternium? Cuando llegaron los argentinos quitaron todos los técnicos de la gerencia media y la gerencia avanzada, trajeron todas sus empresas de afuera a sustituir el trabajo. Yo no quiero que pase eso. Entonces, ¿cómo vamos a hacer? Primero vamos a reactivar todas las empresas, ponerlas a producir y luego privatizarlas. Esto es mi recomendación de la gente conmigo. Ya hemos tenido esta experiencia: el gobierno no sirve para administrar estas empresas. 

– ¿Es realmente imposible que el Estado las maneje eficiente? Usted me comentó la experiencia de Venalum, por ejemplo, y de Edelca.

– Ajá, ¿pero quién estaba? Jamás se usó políticamente cuando estaba Sucre (Leopoldo Sucre Figarella). Sucre era un tractor. Hasta su mismo partido le tenía miedo. Hemos tenido la experiencia de que cambia un gobierno, cambia todos los gerentes, entonces no hay continuidad. 

– ¿Lo que quiere decir es que es más seguro si esa responsabilidad no recae directamente sobre el Gobierno?

– La responsabilidad del Estado es que el Estado tenga uno o dos puestos en la junta directiva, pero que no tenga nada más que ver. 

– ¿Y la opinión de CVG ad hoc?

– Los directores todos están de acuerdo. 

– ¿Cómo visualizan Guayana desde una perspectiva geopolítica, y considerando como China ha intervenido en América Latina en la compra de materias primas? ¿Qué papel juegan las materias primas de Guayana en esta economía mundial que está cambiando, que está dejando atrás la energía fósil?

– El lema mío es: Guayana, el Dubai industrial del mundo. Dubai era un desierto, y hoy es una de las ciudades más modernas del mundo. Pero Dubai, los emiratos, no tienen gas como nosotros. ¿Por qué usted va a  invertir 50 mil millones de dólares? Dijo: porque yo quiero que mi gente viva mejor. Entonces la CVG tiene que erradicar la pobreza crítica de Guayana.

Sobre la corrupción y la participación privada

– ¿Cómo sanear estas industrias? Lo que hemos visto es que en Guayana capitales privados utilizaron ese espacio de corrupción que abrió el chavismo para negociar con el gobierno precios preferenciales, y en algunos casos, hasta tráfico de minerales. ¿Cómo transparentar las figuras de los intermediarios y los clientes de las empresas?

– Eso es un área, la parte de corrupción, que tenemos que ser estrictos en eso. Estrictos. Todo tiene que ser, tú sabes, transparente. Pero es fácil decirlo, porque así debió haber sido. Yo lo que te puedo decir, de parte de nosotros, es que… hay que investigar. ¿Has oído hablar del informe Espinoza? El informe Espinoza se hizo sobre la corrupción en Guayana. Yo no salía en el informe, pero a los seis meses comenzaron a atacarme porque, tú sabes, periodistas que fueron pagados. Yo estuvo, y te lo digo, en el tribunal de salvaguarda. A mí me atacaron fuertemente, me atacaron. Entonces tu pregunta es bien importante porque… ¿Cómo salimos de la corrupción? Una recomendación mía sería que un porcentaje de las ganancias de la CVG se usaran para bonos de productividad, en todos esos niveles. 

– Tenemos información que empresas como Glencore o el Grupo Vergara -entre otras- han manifestado intención de invertir en un escenario de transición.

– Cualquier empresa que quiera invertir en Venezuela, bienvenido sea, pero… ¿Cuál es el activo que le vamos a dar? Ahorita Guayana es pura chatarra. ¿Qué garantía tenemos que van a meter la plata que tienen que meter? La pregunta de la CVG es que vamos a tener entre 20 a 30 mil desempleados porque el que venga, por ejemplo, a Venalum, debe decidir qué hacer con 10 mil personas cuando debe tener 3 mil. ¿Qué va a hacer el inversionista? El esquema que nosotros estamos planteando es diferente: hay que hacer una auditoría técnica. 

– CVG firmó contratos a futuro con Glencore, en algún momento se suspendieron. ¿Cuál es el estatus de esos contratos que se firmaron de alúmina y aluminio?

– Yo entendí que Glencore había financiado 500 millones de dólares y que se le debe un monto bien importante. No nada más a Glencore, también a otras empresas. 

– El Grupo Vergara durante mucho tiempo asumió las nóminas de Venalum y Alcasa, y prácticamente terminó gerenciando las empresas del aluminio a cambio de materia prima a precio preferencial

– Ellos tenían un monopolio como lo tenía Glencore también. Ahora la pregunta es: ¿A qué precio le vendían a ellos el material? ¿Qué es lo que ellos habían aportado? A todo eso hay que hacerle una auditoría. Como te dije: al llegar hay que hacer una auditoría técnica y administrativa para saber cuáles son las deudas reales. 

– ¿Ese monopolio se mantiene en este momento en Venalum?

– La producción de 68 celdas es nada. A mí lo que me preocupa es el desmantelamiento de las empresas de la CVG. Acabaron con Alcasa, ahora quieren acabar con Venalum. Lo que están es raspando la olla. Entonces, no hay producción de Alcasa ni de Venalum. ¿Por qué no agarraron el metal que estaba en las celdas para fundirlo y usarlo en el laminador? Yo creo que, en este momento, Vergara no está sacando ningún beneficio porque todas las empresas están básicamente paradas. El beneficio que pueden sacar es el chatarreo de las empresas. Imagínate: Venalum costó 1.200 millones de dólares y está chatarreado. Claro que estoy frustrado, veo tanto potencial y un régimen que quebró estas empresas.   

– ¿Roberto Wellisch o Vergara se ha acercado a usted, u otro grupo para plantear participación en una eventual participación?

– No. En todo caso, bienvenidos sean. El único que ha hecho algo ha sido Vergara, pero todos los demás que se han llevado miles de millones de dólares, no han donado ni siquiera una caja de chocolates.

– ¿Cómo evalúa la relación que ha tenido la CVG con Glencore o con el Grupo Vergara?

– Yo considero lo siguiente: si CVG consigue la plata, tenemos gente calificada, ponemos todo eso junto, y luego privatizarlas. No quiero entrar mucho en ese tema de la privatización porque es polémico.  

– Pero cómo evalúa la relación.

– Wellisch y el Grupo Vergara no le hicieron mucho bien a las empresas. Es todo lo que puedo decir.

 

Enrique Castells (Alcántara, Filipinas, 1945), ingeniero de nacionalidad venezolana descendiente de abuelos catalanes y vascos, es el presidente designado hace 10 meses por Juan Guaidó para llevar las riendas del ente que desarrolló el proyecto industrial Guayana. Desde Miami (Estados Unidos) intenta con escasos recursos, financieros y humanos, auditar las cuentas del régimen y rescatar fondos.