jueves, 28 marzo 2024
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Tenacidad que anula la libertad

¿Comenzó el futuro para el país? La afirmación es ampliamente mayoritaria, la convicción lo es un tanto más cautelosa. La respuesta se ha construido desde la simbología y desde las acciones concretas.

@OttoJansen

Han sido días y horas intensas en este comienzo de año: previsible, esperado y con un guión hilvanado compuesto por el sentimiento de cansancio ante una agónica situación económica en la gente, atizada en esta Guayana extensa por las deformaciones terribles que ha traído la explotación minera y un desesperado sostén de divisas para la revolución con el proyecto del Arco Minero. Además por la filigrana, una aquí, otra allá de la comunidad internacional que ha sabido explicarse a sí misma en qué consiste el secuestro de la democracia y el Estado de derecho en Venezuela. Ha sido el menú en el panorama venezolano con el que iniciamos este 2019. Es la hoja de ruta ante la desesperanza colectiva que no puede más, que se ha venido intensificando y cumpliéndose palmo a palmo en lo que va de enero y que aun en el momento de escribir estas líneas se encuentra en pleno desarrollo.

Pacto con el futuro

¿Comenzó el futuro para el país? La afirmación es ampliamente mayoritaria, la convicción lo es un tanto más cautelosa. La respuesta se ha construido desde la simbología y desde las acciones concretas con la formalidad necesaria para atajar el bochinche, las ligerezas, “vivezas criollas”, los desfases entronizados de las dirigencias políticas empeñadas en sacarse los trapos (que a ratos parece inevitable) ante el auditórium nacional, sin cuido de tacto y de respeto obligado, luego del espectáculo de veinte años de chabacanería, mentiras retorcidas, corrupción gigantesca y groserías del discurso del proyecto chavista-madurista. El hambre es cosa seria, los atropellos y la indiferencia de los burócratas del socialismo del siglo XXI no pueden continuar teniendo de parte de partidos y dirigentes de pretendida alternativa la promesa de la espera infinita por sus desencuentros o falta de firmeza, mientras caen niños, jóvenes y ancianos. Así que la designación de la junta directiva de la AN dio la primera campanada de que se podía actuar con coherencia. Y sí, el rostro fresco de la nueva generación de parlamentarios (indicador a considerar por los actores que aspiran dirigir la nación) superando los años de aventuras con jugadas individuales de partido, permitió la confianza a la población mancillada y hambrienta para los pasos observados posteriormente. Los cabildos abiertos, por regiones y sectores sociales, abrió las válvulas permitiendo el discurso que “enganchó” e hizo posible la avalancha de impresionantes movilizaciones en el territorio nacional, acompañadas de protestas ruidosas que se expresó en todos los confines de la Republica el pasado 23E.

En esta fecha, de histórica simbología nacional, Guayana con todos sus municipios y caseríos demostró, una vez más, la vocación de luchas, en la presente oportunidad para la reconquista del orden constitucional y la normalidad social y económica de la región (¡qué impresionante Ciudad Bolívar! ¡Qué movilización por sobre distancias de sectores geográficos en Ciudad Guayana!). Este dato, siempre anotado como hecho cumplido por los partidos tradicionales y las envejecidas organizaciones de más reciente cuño, no puede quedar en la intrascendencia o la anécdota heroica para la propia población en los que serán los inmediatos desafíos de participación democrática, profundidad de gestión pública, regeneración política y establecimiento de una democracia moderna y fuerte en el estado Bolívar; caso del que puntualmente se hace mención pero que está de más decir, de cumplimiento para el país del porvenir. En estos momentos cuando se instrumentan los espacios y escenarios adecuados para comenzar la etapa de transición, con la vorágine de innumerables interrogantes colectivas acerca de los movimientos de la Asamblea Nacional y sus riesgos. De las maniobras de un aislado gobierno de Maduro que ya no tiene ni simpatía, ni acompañamiento popular pero pretende enseñar los dientes de las Fuerzas Armadas (elementos que miden las horas venezolanas en estos días), es imperativo el repaso de la lección aprendida con sangre. Que al comenzar el futuro hacia posibilidad de una sociedad que cure sus heridas, recupere sus hijos, honre a los que dieron la vida o aquellos que encarcelaron tan solo por sus ideas. Al comenzar el futuro, repito, se abre un pacto medular con Venezuela y con Guayana. Es el acuerdo sagrado de que el progreso, el desarrollo económico, la armonía social y los derechos ciudadanos serán expresión de la voluntad y participación activa de esa sociedad que ha de ejercer sus atribuciones constitucionales y de ley, no como regalías, como tótem místico, no como espectáculo televisivo o de redes sociales, sino como credo solemne de conducta y razón de ser.

“… camino al andar”

La democracia tiene que explicar siempre sus actos, fundamentarlos, hacerlos propios de la gente. La revolución bolivariana ha pisoteado todo acuerdo que no incluya su corsé ideológico. Pero incluso, no es ni siquiera cuando se trata de un sesgo diminuto de tal convicción. He allí las disidencias internas, a las que también fabrican expedientes falsos para borrarlas y darles castigo por salirse del pensamiento uniformado. Hoy vuelve el chantaje sobre golpes de Estado, el imperialismo y los males capitalistas; siendo trayectoria de la revolución el asalto a las instituciones para ponerlas bajo control: lo que han hecho en 20 años en Venezuela. No vale la sociedad crítica, los derechos civiles o derechos humanos al tratarse del poder indefinido para el socialismo. Es la experiencia de otras latitudes que amargamente hemos padecido aquí. Ese mecanismo de coerción y manipulación ha sido visualizado por los sectores populares, medios y la población en general que no aguantan más la mendicidad, enfrentando cívicamente hasta con las uñas, la opción de morir pisoteados y de hambruna. Esa aberración debe ser superada. El requisito para la estabilidad del futuro, es la más amplia articulación de sectores, asociaciones, grupos, gremios, partidos políticos (renovados en los parámetros de los tiempos), y formaciones sociales múltiples que hagan realidad cultural el Estado del bienestar, inherente al compromiso y la vocación social que todos debemos asumir en defensa del cambio, afrontando los nuevos retos que no serán pocos, ni fáciles. En cuestión de semanas o unos pocos meses para entrar en esa etapa.

Trocitos…

– Acompaño, desde hace unos días al reconocido periodista de Guayana Damián Prat en su espacio de radio Público & Confidencial, por Pentagrama 107.3 FM. Un honor, además de disfrutar en primera línea del estilo frontal en los conceptos de análisis sobre el país y el estado Bolívar. Agradecido.