Con un torneo de cinismo, insolencia e inverecundia han cerrado el simulacro electoral, perpetrado para la autocomplacencia socialcomunista, que lo decide todo en función de sus veleidosas y excéntricas arbitrariedades. Quieren a los suyos-suyitos del polo patriótico como diputados, y arman un costoso parapeto para darse la máxima felicidad legislativa. Como lo hicieron con el poder judicial, donde entogaron y embirretearon a sus altos panas para que le aprueben, por unanimidad, todos los abusos y atropellos para barnizar de legalidad el despótico quehacer -es un decir- de un ejecutivo, que consuma la mayor tragedia de un conglomerado humano, sometido a las violaciones más flagrantes de todos sus derechos.
Aquel tribunal de suprema injusticia puso en marcha unos de sus objetivos cardinales, al cumplir el mandato cupular de fabricar una oposición hecha a la medida de la tiranía. Tenía la maqueta y el diseño para satisfacer el deseo de la élite dominante. La misma que puso los dólares para comprar voluntades, doblegar verticalidades, tarifar principios y justipreciar las traiciones más altisonantes. El billete imperial tiene la capacidad de lubricar y aflojar hasta las tuercas de un submarino, tal como hemos podido apreciar en ese trasvase de siglas, militantes, dirigencia y liderazgos.
Fementidos, tránsfugas y felones se mantuvieron en sus organizaciones partidistas como el comején, devorándolas por dentro para intentar convertirlas en cascarones vacíos. Mientras cumplían tan noble misión, también viajaban por el mundo lavándole la cara a uno de los proxenetas de la política vernácula, hoy preso en una cárcel caboverdiana. El que andaba con el maletín para arriba y para abajo era alguien más cercano, un adiposo exgobernador del estado Anzoátegui llamado David De Lima.
La oposición diseñada contó con su hoja de ruta y con una campaña propagandística que irrumpió en el momento más conveniente. La macolla le sacaría el mayor provecho a este gasto en bates quebrao, pues de los partidos políticos intervenidos sólo quedarían las siglas, que les fueron entregadas a la cúpula tiránica, como un obsequio por parte del TSJ. Las sedes y cualquier otro activo igual fueron confiscadas al grito de exprópiese, como ocurrió con el edificio La Francia ubicado en la plaza Bolívar de Caracas, propiedad de la Universidad de Oriente.
Creo que aparte de la riqueza fácil que da el poder no hay nada que le guste más a un comunista que una expropiación. Se sienten los dueños de todas las riquezas y de los bienes del mundo mundial. Eso sí, sin haber sudado una sola gota que mojase su camisa de marca hecha a la medida. A los ñángaras, las incautaciones le proporcionan un inefable placer, porque despojan al otro y se apropian de lo que no les pertenece. Mejor que robar un banco o secuestrar. Porque lo hacen con la luz del sol, a cara descubierta y en ejercicio de sus plenos poderes, como uno de los libros del comunista Pablo Neruda.
Dueños y señores de las riquezas, ganancias, fortunas y del oro y del moro, le tocó su turno a los partidos políticos. Sólo me imagino lo fácil que fue comprar a un tipo como Bernabé, para convertir a Acción Democrática en una pieza de la maqueta de la élite dominante, en su afán de diseñar una oposición a su medida y ponerla a bailar al son de los tambores psuvecos. Menos complicado fue agarrar un toletito de lo que queda de Copei y acordar un precio de remate. El MAS de Felipe Mujica tiene años de experiencia en sus negocios con el régimen. Todo está acordado, sin traumas.
Henri Falcón nunca ha roto sus vínculos con la cúpula, por eso se puso firme y rodilla en tierra a las órdenes de sus superiores. Ni se ruborizó cuando hizo su listita de diputados y aceptó la ubicación de su tarjeta, abajo y a la derecha. Contribuye así con la “oposición de diseño” que le conviene a la dictadura. Barrunto que Falcón será contratado por el régimen. Lo cierto es que ya está en movimiento la oposición de comiquita, por eso el locatario miraflorino suelta la única promesa que quisiéramos ver cumplida: “si pierdo, renuncio”, mientras el sujeto del mazo amenaza con que “el que no vote no come”. El psiquiatra y la fosforito, en tanto, ofrecen venganza y chirona pareja. En resumen, las promesas después del 6D son más hambre y más cárcel para los venezolanos.
Agridulces
El hambre, la hiperinflación, la pandemia y el embarazo adolescente contextualizan la farsa electoral del 6D, a la que tampoco acompañarán el Parlamento Europeo ni la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe.
