jueves, 28 marzo 2024
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Neurosis

Estamos rodeados de toda la escoria política americana -norte, sur, centro y cubana- y sin ningún remordimiento o pena hacemos pocos esfuerzos sinceros para huir de esta vida que nos echamos encima hace más de cuatro lustros.

Así no vamos a salir de abajo. Estamos rodeados de toda la escoria política americana -norte, sur, centro y cubana- y sin ningún remordimiento o pena hacemos pocos esfuerzos sinceros para huir de esta vida que nos echamos encima hace más de cuatro lustros. Es normal que la gente no aprenda en cabeza ajena, pero que no hayamos asimilado nada nosotros en el tiempo mencionado, es realmente triste y alarmante.

El globlalismo y su nuevo orden mundial, el comunismo con todos los ismos parecidos y muy bien maquillados con diferentes matices, organizaciones -públicas y privadas- con fines y motivaciones aparentemente altruistas, sanas, de buenas intenciones; defensoras de personas e ideas supuestamente desprotegidas, están trabajando y horadando todos los valores tradicionales o no que les molestan para el desarrollo de la subversión planetaria aderezada con oscuros intereses y misteriosos personajes que muestran sus caras pero no sus corazones.

Todo lo citado en el párrafo anterior juega en contra de nosotros como pueblo, territorio, partidos, dirigentes, sociedad, economía, leyes, orden, sistema jurídico o estado de derecho. Además, los figurones criollos siguen haciendo lo de siempre: pensar y actuar en función de sus propios intereses en lugar de hacerlo por el país y el futuro de la república.

A pesar de las carencias, defectos y errores, de los cuales nadie está exento, habíamos superado y estábamos progresando en los años de libertades en vencer algunos desenfrenos que también padecen nuestros vecinos. El país, no obstante algunas deficiencias y vicios, en los cuarenta años de sincera democracia estaba en franco progreso social, educativo, económico, financiero, jurídico, entre menciones. Bastó que llegara la corrupción moral institucional y las doctrinas frustrantes de época diluvial para desbaratar en un santiamén lo logrado a pulso en los años anteriores a 1998.

La política y los políticos que entendieron en aquellos tiempos la necesidad de tomar un nuevo derrotero más serio, cívico, no personalista ni egoísta ni vanidoso han vuelto a sus andanzas politicastras de baja estofa. La gran mayoría sigue con las zancadillas al compañero opositor, las envidias personales, los motivos intelectual y éticamente deshonestos, las descalificaciones fútiles, la traición, las nimiedades, y agregue usted cualquier otra cuestión irrelevante. El país y su gente que se hunda. Ande yo caliente, ríase la gente.

Las declaraciones y actitudes de algunos que se dicen oposición hipócritamente se compadecen con la estatura moral que sufren, y en nada contribuyen a la causa de la liberación que el pueblo venezolano ansía con desespero.

Ahí está como ejemplo palpable la situación electoral de la provincia emblemática para estos vividores del legado del destructor de la patria; lejos de explotar la ocasión para asestar un gran golpe democrático a estos farsantes mediante un bloque único invencible, se dedican a sabotearse y atacarse como divas enfurecidas en celo. Señores, comprendan que no son importantes en lo personal ni aportan un carrizo; fundamental y trascendental es que el país recupere ese bastión de la tiranía y así demostrar que esta gente ha perdido lo que nunca tuvo, salvo por la fuerza del engaño y la trampa.

Hay que respaldar a la persona que más entusiasme a los votantes para enfrentar la maquinaria del desgobierno, que ha probado siempre estar dispuesto a hacer cualquier estropicio para permanecer montado en el coroto, inclusive si afecta a la mayoría no privilegiada. Feliz Navidad.

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