jueves, 28 marzo 2024
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Evo-Lucho: el dúo boliviano

Para Evo, el triunfo de Arce le pertenece, por lo cual este exitoso economista debe prepararse para cohabitar con ese héroe inmarcesible. Esa deidad aimara que emergió de las entrañas de la Pachamama.

Presumo que en el Palacio Quemado se instalará un dúo tipo Putin-Medvedev. En el caso de Bolivia -con su gente más informal y parejera- lo bautizarán como los carnales Evo-Lucho. Lo veo clarito. Por eso nadie me saca de la cabeza que a partir de este momento se alternarán en el poder, mientras uno es presidente el otro es el vice. Harán elecciones, cómo no, para darle legitimidad a esa forma de dictadura que instrumentaliza los aparatos electorales. Tal como, pedagógicamente, lo ha enseñado el galán de los calendarios, sempiterno presidente de la Federación Rusa, donde sus enemigos políticos están en chirona o un tósigo deletéreo aterriza en sus alimentos y los saca de circulación.

Putin ha inaugurado una escuela que modela para aquellos que llegan al poder, sólo para abandonarlo cuando la biología se impone de manera inexorable. En estos casos la muerte se convierte en aliada de los pueblos, pero estos sátrapas suelen ser muy longevos. También reciben tantos cuidados que varias generaciones desaparecen en esa larga espera.

Evo -aventajado alumno del ruso y del castrismo- iba embalado en su proyecto personal de perpetuidad. De suyo, en lo que puede ser su primera etapa sumó 14 años, y hasta hizo un referéndum para que el pueblo boliviano le diera un sí que retumbara en el mundo mundial, pero lo perdió. Nada que él no pudiera resolver desconociendo olímpicamente los resultados. Se inscribió en las elecciones del 2019, pergeñó un fraude que no pudo imponer y tuvo que salir de Bolivia con el rabo entre las piernas.

Se fue a México, pero después se refugió en Argentina al ser alto pana de Cristina, ya vicepresidenta de un país vecino de Bolivia. Con la aquiescencia de la cúpula peronista montó su teatro de operaciones en Buenos Aires. Desde allí monitorea sus posesiones y mueve los hilos de marionetas, títeres, polichinelas y afines, impulsa y enciende lo que sea necesario para obstaculizar y enturbiar el trabajo de las autoridades transitorias bolivianas. Lo que incluye paros, cierres de carreteras, huelgas y cualquier sabotaje de los camaradas, siempre presentes donde fuese menester, para hacer tambalear a todo gobierno que no sea de ideología socialcomunista.

En medio de la pandemia se llevó adelante la campaña electoral con un Evo victimizado durante casi un año. Tiempo suficiente para que la mayoría de los bolivianos olvidasen la corrupción, el abuso de poder y todas las transgresiones cometidas por Morales, acusado hasta de pederastia.

El candidato del partido de Evo fue Luis Arce, ministro de economía y finanzas durante la bonanza. Lucho ganó las elecciones en primera vuelta, debido a sus logros económicos en uno de los países más pobres de nuestro continente. Dicen que hizo crecer la inversión, aumentó el PIB, controló la inflación, recuperó de manera sostenible el ingreso tanto de los trabajadores como de las clases populares, mejoró la calidad de vida de la ciudadanía, entre otros aciertos. Circula entre los bolivianos que Arce fue electo para que culmine la tarea que inició hace 14 años. Pero estos tiempos de pandemia no son tan auspiciosos, pues se estima que la economía decrecerá en un 7% y el petróleo caerá por debajo de los 40$.

Arce Catacora cuenta con una sólida formación académica. Egresó de la Universidad Mayor de San Andrés como economista y contador general. Sus estudios de cuarto nivel los realizó en Inglaterra, en la Universidad de Warwick, donde obtuvo un master en Ciencias Económicas. Trabajó en su país -rebautizado como Estado Plurinacional de Bolivia- en cargos de gran responsabilidad, y es también catedrático en prestigiosas instituciones de educación superior. Le han sido otorgados varios títulos honoris causa, pero no tantos como a Evo, que acumuló unos 44 en 14 años en la presidencia.

Luis Arce advierte que no será marioneta de Estados Unidos, pero lo que debe demostrar es que tampoco lo será de Evo, a quien nadie imagina viviendo en Orinoca. Donde construyó su museo personal para exponer su epopeya: esto es sus glorias como dirigente cocalero y presidente de Bolivia, gracias a su partido, Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP). Para Evo, el triunfo de Arce le pertenece, por lo cual este exitoso economista debe prepararse para cohabitar con ese héroe inmarcesible. Esa deidad aimara que emergió de las entrañas de la Pachamama, como heredero eterno e insustituible del imperio incaico del Tahuantinsuyo. Así que el mal menor para Luis Arce es cantar a dúo con Evo: tal cual Putin- Medvedev.

Agridulces

Cuatro millones de familias danzan alrededor del fuego, mientras cocinan con leña los pocos y malos alimentos, recolectados después de largas caminatas con el morral al hombro. Como el hombre primitivo subsistimos de la caza, a veces de la pesca y de la recolección. ¡Todo hecho en socialismo!

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