jueves, 28 marzo 2024
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Escuchar a todos

En Venezuela seguimos necesitando espacios de encuentro, de diálogo, de negociación, necesitamos resolver los pequeños y los grandes problemas, necesitamos reducir el sufrimiento de muchos. | Foto William Urdaneta

@luisaconpaz

Los dos hermanitos habían peleado, estaban bravos, muy bravos. La madre, muy sabia, no empezó por regañarlos sino por calmarlos y escucharlos a los dos y no sólo al supuesto victimario. Para saber qué había pasado y para que hicieran las paces, había que escucharlos a los dos.

Fui presidenta de mi condominio, en donde vivíamos 42 familias. Cuando había problemas comunes que resolver, había que escucharlos a todos, a los que nos caían bien y a los que no nos caían tan bien, y era necesario utilizar varias estrategias, pues todos no iban a las asambleas.

En una escuela, cuando hay problemas entre varias secciones, hay que hablar con todas las involucradas. Y cuando hay problemas de relaciones interpersonales, hay que tener mucha paciencia y escucharlos a todos. No sólo con los “positivos”, hay que escuchar también a los conflictivos y a esos que nunca o casi nunca hablan. ¿Qué opinan, qué proponen? Y eso se hace para que el clima escolar pueda mejorar, pues si el personal se lleva mal, eso tendrá consecuencias en el trabajo con los estudiantes y se verán afectados. Cuando hay mal ambiente, la gente trabaja mal y rinde menos. El cerebro creativo no fluye.

Pues en un país como el nuestro, con problemas por todos lados, con emergencia humanitaria compleja, con inseguridad alimentaria tan grave que la ONU, con su Programa Mundial de Alimentos, ha venido a auxiliarnos -enhorabuena-; un país en donde hay mucha gente sufriendo, con niños hospitalizados sin su tratamiento, con adultos mayores con pensiones que no alcanzan para un día de mercado, menos medicinas; con maestros ganando salarios que no les alcanzan ni para dos días de pasaje… servicios públicos que son una lotería… con una pandemia que va creciendo en contagios y víctimas fatales… con bandas organizadas que hacen huir a funcionarios… con escasez de combustible para trasladarnos y para que los productores puedan sacar sus cosechas… En un país en donde cualquier acción se convierte en una carrera de obstáculos, ¿no creen ustedes que los que tienen poder de decisión deben hacer un esfuerzo y escuchar, escucharse, tratar de llegar a acuerdos?

A mesas de negociación tuvieron que llegar en El Salvador, después de 100.000 muertos, producto de la guerra civil del pequeño país. ¿Fue fácil? ¡Para nada! Había víctimas de un lado y del otro. Hubo que buscar ayuda, mediadores, facilitadores. Pero hubo que sentarse.

Aunque lo haya hecho muchas veces, hay que citar a Mandela cuando recordó varias cosas: hay hombres y mujeres buenos en todas las comunidades, el deber de un verdadero líder es identificarlos y asignarles tareas. “El verdadero líder debe trabajar duro para suavizar las tensiones… Los extremistas normalmente se crecen cuando hay tensión, y la emoción pura tiende a reemplazar el pensamiento racional”. Uno no se sienta con los amigos, que piensan igual, sino con los que piensan diferente; cuando hay dos partes, hay que saber que tiene toda la verdad; ambas partes tienen que ceder. Les recomiendo leer su libro Conversaciones conmigo mismo (Planeta, 2010).

Fácil no será sentarse, sobre todo cuando líderes de las diferentes partes se han descalificado, insultado… Pero por encima están los intereses de las mayorías, por encima está el bien común. Hay que hacer política de la buena, como recomienda el papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti.

En situaciones conflictivas, como las que tenemos en Venezuela hoy, el papel de los líderes es muy importante. Y vuelvo con Mandela: “Los buenos líderes se dan perfecta cuenta de que la eliminación de tensiones en la sociedad, sean de la naturaleza que sean, sitúa a los pensadores creativos en el centro de la escena al plantear un entorno ideal para que los hombres y mujeres con visión de futuro influyan en la sociedad. Los extremistas, en cambio, encuentran motivación en la tensión y la sospecha mutua (nuevamente, en Conversaciones… página 398). ¿Qué líderes estamos necesitando en Venezuela?

Nadie dice que sea fácil sentarse con el diferente, pero tampoco imposible. Llegar a acuerdos es una habilidad social muy importante, y los que tienen responsabilidad en las decisiones de un país, la necesitan. Si hay que buscar ayuda, se busca, pero los acuerdos son necesarios, por el bien común.