lunes, 18 marzo 2024
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Con EE.UU. como destino, crece el turismo latino por vacunas

En Florida, que durante la pandemia atrajo muchos visitantes nacionales por su laxo enfoque, la polémica sobre el “turismo de vacunación” llevó a las autoridades a imponer el requisito de presentar prueba de residencia.

Nora Quintanilla | EFE | 15 Minutos

Desde las 8:00 de la mañana, un incesante goteo de personas en la histórica estación de Grand Central, en Nueva York, va sumándose a una fila por vacunas gratuitas contra la COVID-19, alimentada, en parte, por el turismo latino.

Nueva York, uno de los polos turísticos de Estados Unidos (EE.UU.), es el mejor ejemplo de cómo las vacunas contra la COVID-19 se están convirtiendo en un reclamo para los visitantes de países en los que el acceso aún es difícil, y sus autoridades han enviado un mensaje claro: “Nos aseguraremos de que se vacunan mientras se quedan con nosotros”.

Germán Sánchez llegó el jueves por la mañana desde Colombia, ya vacunado, para acompañar su hija y yerno a ponerse la vacuna de Johnson & Johnson en la Gran Manzana. La fugaz visita familiar durará apenas 5 días y no es un caso aislado. “Turismo en cantidades, los vuelos repletos, llenísimos”, dijo Germán.

Su yerno, Andrés Sintura, explica que, con 25 años y ninguna comorbilidad, va a pasar “demasiado tiempo” para vacunarse en su país. Allí los pinchazos están llegando ahora a la franja de edad entre 50 y 60 años. En cambio, en EE.UU. se universalizó el acceso por edades y se trata de convencer a los indecisos y los que se niegan.

“No preguntan absolutamente nada, como hace unos días, que sí que tenías que ser residente. Les conviene que lleguen los dólares aquí y que la gente conozca, también. Y, listo, si le hacen el favor, perfecto”, comenta su suegro, precisamente mientras Nueva York trabaja en la mayor campaña turística de su historia para reactivar su economía.

Pasaporte en mano

El único requisito es una identificación con foto, nombre y fecha de nacimiento, explican agentes de la Policía que supervisan esta iniciativa piloto de vacunación. Reciben unas 300 personas diarias, muchas de ellas con la maleta y el pasaporte en la mano, y tiene perspectivas de ampliarse a partir de este fin de semana.

Unos megáfonos llaman a los transeúntes cada varios minutos avisándoles que se ofrecen los pinchazos sin cita previa. Pasar casualmente por allí fue la suerte de un matrimonio de Guatemala. La pareja llegó de visita dos semanas a varias ciudades Estados Unidos y temía volver sin inmunizarse a su país, donde la campaña es lenta.

“Es un viaje de vacaciones con mi esposa y teníamos pensado vacunarnos si encontrábamos la oportunidad, y aquí en Grand Central la encontramos. Fue complicado, más que todo para turistas y con solo una dosis, que es la que queríamos”, explica uno de ellos, Dennis Alvarado.

En apenas 5 minutos, la pareja es atendida por un empleado sanitario que les hace las preguntas protocolarias en español. Su esposa, Gina, dice haberse quitado “un peso de encima” mientras repasa el video del proceso que grabó como recuerdo del viaje en su celular.

Este punto de vacunación abierto a turistas se suma a otros en estaciones de metro y a las unidades móviles que el alcalde, Bill de Blasio, anunció que se establecerán en Times Square, el puente de Brooklyn, Central Park o el High Line. Estos lugares de peregrinaje para los visitantes antes de la pandemia, ya recuperan su algarabía.

Incentivos versus privilegio

Con 35% de la población de EE.UU. completamente inmunizada y casi la mitad del país habiendo recibido al menos un pinchazo, el uso de incentivos para convencer a los restantes ciudadanos -cervezas, entradas para museos, sorteos de dinero- contrasta con la dificultad de conseguir una vacuna fuera de sus fronteras, donde es casi un privilegio.

Según la prensa, agencias de viajes por toda Latinoamérica ya gestionan el turismo latino en EE.UU. con las vacunas como atractivo. Se observa un claro flujo de mexicanos hacia destinos sureños como Texas, Arizona y Luisiana, que iniciaron la inmunización sin restricciones ni el registro del estado migratorio de los pacientes.

En Florida, que durante la pandemia atrajo muchos visitantes nacionales por su laxo enfoque, la polémica sobre el “turismo de vacunación” llevó a las autoridades a imponer el requisito de presentar prueba de residencia. Sin embargo, a medida que hay más población inmunizada y una abundancia de vacunas se trata de una manera más relajada.