viernes, 29 marzo 2024
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“La dirigencia tiene que encontrar la forma de conectarse con los sentimientos de la base sindical, de la base de los trabajadores”

Jacqueline Richter, especialista en derecho del trabajo, contó sobre la misión del recién creado Observatorio Venezolano de Libertad Sindical, la importancia del dirigente Rubén González para el movimiento laboral y las alternativas de lucha de la dirigencia sindical en Guayana.

@g8che

La situación de los trabajadores de Guayana se ha venido agravando en los últimos años. Después de la intervención del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Sus Similares (Sutiss) en 2005, la anulación de los contratos colectivos  y la detención de dirigentes como Rubén González, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera Orinoco, el movimiento sindical no ha podido retomar una lucha representativa en el estado.

Al contrario, han sufrido el robo de sedes sindicales, prohibición de entrada a las empresas, despidos, persecución por funcionarios de seguridad y la imposibilidad de defender a los pocos trabajadores que se mantienen en las compañías paradas, sin medidas de seguridad laborales, ni beneficios.

La abogada especialista en Derecho del Trabajo, profesora de la Universidad Central de Venezuela y asesora del recién creado Observatorio Venezolano de Libertad Sindical, Jacqueline Richter, considera que -de cara a este contexto- es necesario dejar de lado las disputas internas, acercarse más a las bases y trabajar en la confianza de los trabajadores para recuperar la lucha de los contratos colectivos y beneficios laborales.

— ¿Por qué crearon el Observatorio Venezolano de Libertad Sindical?

    “Sin libertad sindical es imposible que haya derechos laborales”, expresó Richter

— Sentíamos que había muchos observatorios sobre derechos laborales, sobre derechos humanos, pero ninguno especifico al tema central para defender esos derechos laborales.

Considerábamos que era imprescindible meterle el ojo a todo lo que había sido la acción estatal y también del sector privado para restringir la libertad sindical, en particular para casi hacerla desaparecer.

Creíamos que era vital una mirada a cómo había sido el proceso de restricción de la libertad sindical y a la vez de destrucción de la negociación, pero también creíamos que era importante que los trabajadores tuvieran un sitio que sintieran suyo, que fuera de alguna manera su voz.

— ¿Qué monitorean?

— Todo tipo de información que tenga que ver con actividades que desarrollan los dirigentes sindicales en defensa de los derechos o inclusive en defensa de valores fundamentales. Por ejemplo, todo lo que se denomina libertades cívicas, cuando los sindicatos salen en defensa de la libertad de expresión, del derecho a voto. En este momento hemos estado centrados por razones obvias en lo que está haciendo el movimiento sindical del sector salud.

— ¿En estos meses de pandemia qué han visto en el sector sindical de la salud?

— Una represión fuertísima a los trabajadores de la salud cuando se atreven a reclamar o hacer públicas las malas condiciones de trabajo.

Sabemos que se ha amenazado a las enfermeras cuando dicen: “yo no quiero ir a trabajar a este sitio si no me das los implementos de bioseguridad adecuado”. El jefe de personal le dice: “¿Ah no vas a venir? te voy a mandar a buscar con el FAES”.

Hemos visto una gran precariedad para ejercer el trabajo y un aumento de la represión.

— ¿Por qué crearlo en este momento?

— Tenemos muchos años trabajando el tema sindical y siempre estábamos buscando información en otros observatorios. Siempre decíamos aquí falta algo, inclusive cuando veíamos el reporte de Provea (Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos) sentíamos que el dato en fino, el dato que pudiera explicar qué estaba pasando, no estaba ahí. Lo tenían en bruto, pero nunca lo habían procesado.

Entonces procesar, meterle el ojo y también debe ser una ventana que muestre al mundo la visión de los sindicatos, pero por otro lado una especie de micrófono que sea la voz de los sindicatos y que a la vez les permita conocer qué están haciendo sus pares.

Es visibilizar por una voz propia lo que hace el movimiento sindical en defensa de los derechos de los trabajadores.

— ¿Cuáles son las principales amenazas que tiene en estos momentos el movimiento sindical?

— La pandemia ha reforzado la tendencia del gobierno a la represión y en el sector privado la pandemia ha cerrado empresas y ha trasladado el trabajo hacia las casas por lo cual la amenaza es que cada vez la organización se debilite más, porque la organización (sindicato) vive del sitio del trabajo.

El teletrabajo aísla y las empresas están evaluando que la pandemia le está dando una gran oportunidad para seguir con un proceso que ya venía, que era descentralizar los procesos productivos.

Rubén González

— ¿Qué mensaje considera quiere dar este gobierno con la sentencia a González de este martes?

    González lleva más de 20 meses preso luego de su detención en noviembre de 2018

— Un mensaje clarísimo a la clase trabajadora, si usted reclama va preso. Si se lo hicimos a Rubén que es un tipo con tanta fuerza sindical, imagínense lo que le podemos hacer a usted. ¿Qué le está diciendo a los trabajadores? Mírense en ese espejo y el otro es tengan cuidado con quien se juntan, porque Rodney Álvarez no era dirigente sindical, era un trabajador de base afiliado al sindicato, vinculado a la tendencia sindical de Rubén ¿dónde está? está preso, acusado de un asesinato que no cometió.

Y da un mensaje clarísimo a la comunidad internacional, en el sentido que, me importa muy poco lo que opine la Organización Internacional del Trabajo (OIT) , me importa muy poco lo que diga la señora Bachelet (Alta Comisionada para la Oficina de Derechos Humanos de la ONU), me importa menos lo que diga Naciones Unidas.

— ¿Va ser necesario González en la recuperación de la lucha sindical?

— Por supuesto. Rubén es un referente sindical importantísimo para todos los trabajadores, no solo para Guayana, Rubén es un referente nacional para el movimiento sindical.

La fuerza de Rubén no ha disminuido por tenerlo preso, al contrario, creo que ha crecido el respeto a su entereza, a su integridad. Rubén se ha convertido en un ejemplo de lo que debe ser un dirigente sindical, recuperarlo es vital para el movimiento sindical, porque además es capaz de unir a gente muy diversa.

Es un referente imprescindible para la lucha sindical y el gobierno lo sabe, por eso lo tiene preso.

— ¿Qué deben hacer los trabajadores luego de esta decisión?

— Seguir luchando, seguir luchando, seguir luchando. Hay que reforzar la defensa jurídica nacional y seguir peleando afuera.

En Guayana

— ¿Qué considera debe tener claro los sindicatos para recuperar la discusión de sus contratos y beneficios laborales?

— Lo primero que tienen que hacer es olvidarse de las peleas internas, olvidarse del Consejo Nacional Electoral, renovar sus juntas directivas por procesos autónomos y sentarse al patrono y decirle: “Mire panita, vamos a ver qué hacemos”. Lo principal es recuperar el espacio y entender que la lucha no es con la tendencia sindical que está al lado, la lucha es con el empleador, con el que está al frente.

— ¿Cómo hacer para retomar la confianza del trabajador?

— El COVID-19 es una gran oportunidad porque te permite preocuparte por la vida cotidiana del trabajador.

Si la dirigencia sindical se acerca por diversos medios, por una llamadita telefónica, por un mensaje al compañero para preguntarle cómo está y acercándose más a la vida cotidiana, a lo que está viviendo cada trabajador en este momento y desde la solidaridad, creo que se puede empezar a reconstruir el tejido sindical.

— Hay dirigentes sindicales que poco mencionan a Nicolás Maduro y al Ejecutivo. Consideran que la culpa es de la directiva de la Corporación Venezolana de Guayana en la destrucción de las empresas ¿Qué les diría? ¿Se puede recuperar las empresas con este gobierno?

— La primera cosa es recuperar la dirección de las empresas hacia civiles, eso es una pelea que hay que dar.

Dos, yo creo que no hay que olvidar a Nicolás Maduro. No hay que olvidar que el gran responsable de todo esto es Nicolás Maduro y hay que asociar todo este desastre a las malas decisiones que ha tomado la Presidencia de la República.

Creo que son dos elementos que son absolutamente necesarios para recuperar las empresas, pero recuperar las empresas es un proceso que implica redefinir qué vamos a hacer con esas empresas, porque en este momento tenemos un cementerio industrial.

— Hace poco un economista decía que “la productividad no se exige” y que iba a ser necesaria una privatización para recuperar las empresas de Guayana ¿Es necesario una privatización de las empresas básicas para volver a recuperar la producción y consigo algunos beneficios?

    Las empresas de Guayana se mantienen trabajando a menos de un 10% de su capacidad. La mayoría de los trabajadores fueron enviados a sus casas con un pago que no supera los 30 dólares mensuales

— No lo sé. Nunca he pensado que las privatizaciones sean una panacea, yo siempre quiero recordar que nosotros logramos tener la tercera transnacional más exitosa del mundo en el sector petrolero y era estatal.

El problema no es que esté en manos privados o manos públicas, el problema es que se administre con criterios gerenciales y que estén a cargo de la toma de decisiones, las personas que sepan del área productiva.

Lo primero es personal capacitado, que sepa del área, que logre evaluar, que tenga los contactos, que sepa cómo es la cadena de producción y cómo funciona el personal, después vemos si eso se puede hacer desde el sector público, privado o lo que siempre hemos hecho, en alianza.

— Hay organizaciones que tratan de alzar su voz, pero poco son escuchados, ni por el patrón ni por los trabajadores ¿Qué les queda?

Lo primero que tienes que hacer es recomponer su relación con los trabajadores. Tienen que volver a que los trabajadores sientan que tú eres un aliado y que tú eres su representante. Sin eso no te va a escuchar el patrón… jamás.

El patrón te escucha cuando se da cuenta de que tú representas a los trabajadores y que tú le puedes complicar el día en el sitio de trabajo.

Si no recuperan su relación con su base, estamos perdidos.

— ¿Cómo hacer que el trabajador pueda confiar y creer? cuando ya hay casos de detenciones como las de Rubén González, como la de José Hidalgo El Men, para que el trabajador pueda sentirse seguro y acompañar esta lucha.

— Nunca se va sentir seguro, eso es imposible, hay que recordar que estamos en dictadura y en todas las dictaduras persiguen a los dirigentes sindicales y persiguen a los trabajadores.

La lucha siempre va ser desde un sitio de dificultad y desde un sitio de represión, ahí los trabajadores van a tener que tomar decisiones… porque si los trabajadores de base no logran una nueva dirigencia o hacerse cargo de su propia conflictividad cada día vamos a estar peor.

— ¿Este momento es comparable con algún momento en la historia dirigencia sindical? ¿Cómo se resolvió en el pasado unas circunstancias parecidas?

No es comparable a ninguno, ni siquiera a los inicios del movimiento sindical cuando la organización sindical era ilegal, cuando pertenecer a la organización sindical te podía costar la libertad.

En inicios del siglo 20 hubo matanzas de obreros; la de 1904 en el norte de Chile; matanzas en México… Nosotros tuvimos la gran huelga petrolera del 36, antes con el general Gómez (Juan Vicente Gómez), ni siquiera podíamos respirar. Pero a la situación que tenemos hoy de miseria, de desnutrición, de abandono de nuestros viejitos, de trabajadores sentados en su casa esperando a la muerte, no lo hemos tenido.

— ¿Qué papel juegan los partidos políticos en estas circunstancias? ¿Es posible incluirlos? ¿Se necesitan unos a otros? ¿Cómo hacer para estrechar esa relación sin perder independencia?

La única forma de que el movimiento sindical logre recuperar sus espacios y robustecerse es mantenerse absolutamente distante de los partidos. Eso no implica ser apolítico, implica tener políticas mayúsculas, de la clase.

Nosotros podemos coincidir con los partidos políticos en algunos momentos, pero no podemos subordinarnos a las decisiones de los partidos políticos.

No hay que olvidar que, en el Estado, cuando el partido político asume funciones de gobierno en las alcaldías, en las gobernaciones, es empleador y nosotros lo hemos vivido.

Patrono es patrono y eso hay que tenerlo claro y eso no lo hace enemigo de clase, significa que tiene intereses diferentes y la defensa de los intereses es la obligación de cualquiera que esté en una posición.

— ¿La lucha sindical está perdida, muriendo o está su momento de mayor importancia para los trabajadores?

Yo creo que está extraviada, más que perdida. Tienen que encontrar la forma de conectarse con los sentimientos de la base sindical, de la base de los trabajadores.

La mayoría de los trabajadores no está afiliado a ningún sindicato, tienen que buscar lazos comunicantes con el sentir de los trabajadores, si logran eso, se pueden convertir en el interlocutor más importante para reconstruir el país.