La conversación duró cerca de 45 minutos y terminó con la despedida de Maduro a Lavrov en la puerta del palacio, con un apretón de manos frente a la prensa y sin declaraciones de ningún funcionario.
De la procesión en Lima, el 14 de enero, se percibe el uso con solemnidad y cariño de los símbolos de una Venezuela que puede mostrar su orgullo por encima del drama de la emergencia humanitaria, razones de la diáspora en tierra inca.
Rafael Uzcátegui, coordinador general del Provea, le pide a “los oídos receptores de Miraflores nos ayuden a promover políticas favorables a los derechos humanos”.
La izquierda irredenta, aún hoy, en vano ha querido presentarle como un gobernante que violó derechos humanos. Borraron su nombre de la represa del Guri que han destruido y con la que este, todavía, les da agua y electricidad a todos los venezolanos.
La visita del comisionado responde a una invitación realizada por el propio Maduro, quien intenta limpiar su imagen ante organismos internacionales y presentar sus “avances” en materia de respeto a los derechos humanos.
Miraflores “quiere demostrarle al mundo” que goza de reconocimiento y legitimidad, “pero no quiere avanzar en temas concretos”, aseguró el internacionalista Félix Arellano sobre las relaciones diplomáticas con Brasil y Colombia.
Antes de que la política vuelva y deje de ser, como lo es, simulación y narcisismo, urgirá resolver el entuerto de Tío Tigre con Tío Conejo planteado por Antonio Arráiz, o entre “la rabia heroica de Juan Veguero… y el candoroso idealismo de Juan Parao”, descritos por Rómulo Gallegos.
Miguel Ángel Martínez Meucci, doctor en conflicto, señala que la agenda de la mesa de negociación en México parece cambiar de la temática “sanciones por elecciones” a “sanciones por petróleo”.
En octubre de 2021, el proceso de diálogo fue suspendido unilateralmente tras la extradición del empresario colombo-venezolano Alex Saab a Estados Unidos.
Esta tiranía -que es también de la imagen- me condena a ver cientos de fotografías del ocupante de Miraflores, por lo que no puedo evitar encontrar parecidos, que van más allá de lo deseable, en este caso con Sadam Hussein. | Foto cortesía