García siempre tiene una as en la manga: ni se fugó ni esperó a que lo metieran preso ni al show: eligió la alternativa de preso político y que se arreglen los gobiernos de Perú y Uruguay.
En algún momento la gente se da cuenta y se enoja y en casos se enoja mucho y quizás cuando tiene chance, y el voto es una, actúa a impulso de brutal ferocidad y dispara para cualquier lado. O dice basta.
El primer paso de Bolsonaro ha sido el que dan los dictadores: arremeter contra la libertad de expresión, contra la libertad de prensa, contra los medios de comunicación tradicionales, contra los que tienen redactores responsables , los que investigan y chequean sus noticias y en los que nadie anónimamente puede subir lo que quiera.
Para Bolsonaro, como ocurre con los brasileños, Brasil está por encima de todo, y para él, por encima de Brasil solo está Dios. Habrá que esperar y ver qué pasa.