“Si contamos con el gasoil a tiempo, todavía se pueden rescatar algunas siembras. Podemos tener más de 100 hectáreas de cebolla, más de 100 de tomate, 30 de ají y unas 40 de auyama”, afirmó Rivero.
En el estado Sucre hay unos 900 productores de caña que viven una situación calamitosa en lo social, porque a la fecha no pueden costear gastos asociados a la salud ni necesidades de sus familias.
A esta situación se suma la escasez de combustible, que no solo perjudica las labores de traslado, sino también el autoabastecimiento eléctrico mediante plantas eléctricas.
Si el Estado no está garantizando el primer eslabón de la cadena, “hay un efecto cascada que implica la vulneración de derechos económicos y sociales tanto de productores como de consumidores”, explicó la coordinadora del Observatorio Social de Espacio Público.
El fiscal Saab compartió una gráfica de uno de los videos de agricultores que se ha viralizado en las redes sociales, donde desperdician cambures y tomates.
La falta de gasoil no solo impide el traslado de los alimentos a los mercados, sino también el riego, la fumigación y la preparación de la tierra para la próxima siembra.
La solicitud de mayor supervisión de la permisología se realiza tras los recientes brotes de sarna verrugosa y hongos en cosechas.
Hace 3 años el puente de Cuya colapsó producto de las fuertes lluvias. Desde entonces, al menos 100 productores agropecuarios sufren para sacar sus productos hacia los centros de ventas.
El Mercado de Mayoristas de San Félix es un termómetro del drama que viven los productores para comercializar su mercancía debido al crudo desabastecimiento de combustible que se ha agravado en la cuarentena.
La falta de gasolina para movilizar en vehículos las cosechas de las montañas, el cierre de la frontera para comprar los insumos, y algunos ferieros que se llevan la mercancía y luego no pagan, son los tres problemas básicos que ponen en riesgo la agricultura en la región andina.