Sobre las causas del derrame de petróleo se maneja extraoficialmente que la corrosión de una tubería pudo haber ocasionado el colapso y posterior pérdida de unidades de volumen de crudo.
Fundada por el propio cantautor, la casa era un centro donde se enseñaba el oficio de la confección de vestuarios para posteriormente, venderlos, con el objetivo de financiar talleres en diversas artes.
El aspirante resaltó que haya ciudadanos que presten su vivienda particular para que funcione la Casa de Caleca, de manera totalmente voluntaria, “este es el país que está naciendo, el país de la gente que se compromete”.
Naman Makil ascendió a las ligas mayores de los Big Business Bolivarianos. De buhonero a bolirricachón. No con base en el trabajo tesonero, honesto, de sol a sol, sino de los negociados turbios.
La docente especializada en artes escénicas asevera que su pasión por la enseñanza y el baile fueron la dicotomía idónea para entender la importancia del folklore, el papel del maestro en la motivación estudiantil y la importancia de educar en valores.
López denunció que los funcionarios que entraron a la casa ‘sin justificación alguna secuestraron’ a Rubén Briceño.
Tenemos muchos años comprobando que el recurso del conocimiento ha de ser la punta de lanza de la conjunción de las comunidades de la región.
Al estar obligados a reflexionar solos, nos pasa lo del dicho venezolano del que silba para espantar el miedo. La cuarentena nos ha impuesto a encontrarnos con nosotros mismos, la familia y con la solidaridad.
Después del descontento del actor Joaquín Phoenix sobre el “racismo sistémico” de las premiaciones, con honrosas excepciones, no es nuevo lo de dudar de esos reconocimientos. ¿Por qué no darle un puntapié a esos galardones y jugar a ser jurado en casa? Siempre puede uno vacilarse la experiencia y hasta inventar categorías.
Ya no basta con hacer referencia exclusiva a la presencia de más de cuarenta mil cubanos que participan en áreas clave de la vida nacional. Ahora el protagonismo del mal está más diversificado. Peligros adicionales se suman a los existentes. El grueso del país los desconoce gracias, entre otras cosas, a la férrea censura sobre la información.