viernes, 29 marzo 2024
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Una carrera loca ganada por Pierre Gasly

La gran noticia fue que no ganó Hamilton, que las dos Ferrari no terminaron y el podio fue integrado por tres pilotos nada acostumbrados a subirse en él. Pierre Gasly, Carlos Sainz y Lance Stroll

Monza.- El español Carlos Sainz (McLaren) firmó un sensacional segundo puesto este domingo en el Gran Premio de Italia, el octavo del Mundial de Fórmula Uno, en el circuito de Monza, donde festejó su primer triunfo en la categoría reina el francés Pierre Gasly (Alpha Tauri), en una carrera loca que el líder del certamen, el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), acabó séptimo.

Gasly, de 24 años, logró su primer triunfo en F1 -el primero de un francés desde que en 1996 Olivier Panis ganara en Mónaco- en una carrera en la que Sainz, tercero el año pasado en Brasil, firmó su segundo podio en la división de honor del automovilismo y el canadiense Lance Stroll (Racing Point), de 21, acabó en tercera posición.

Sainz, que el pasado martes cumplió 26, dos días después de no poder tomar la salida en Bélgica, a causa de una avería en los escapes -derivada de un fallo de motor-, puso fin a una racha de infortunios que tocó fondo en Spa-Francorchamps. Y, después de tener sólo dos carreras ‘limpias’ de las siete primeras disputadas, este domingo firmó, en el legendario circuito de las afueras de Milán, el mejor resultado de su carrera. El mismo día que Gasly, relegado el año pasado de Red Bull a su equipo ‘nodriza’, Toro Rosso (renombrado este año Alpha Tauri), logró el suyo.

El francés obtuvo el segundo triunfo de toda la historia de la escudería de Faenza, después del que firmó en 2008, en este mismo escenario, un entonces jovencísimo Sebastian Vettel.

El alemán, que salió decimoséptimo, pronto confirmó que Ferrari viviría otra jornada para el olvido. Y en la sexta de las 53 vueltas, abandonó, por un problema en los frenos. Sólo 17 giros después, en la 23, se produjo el accidente de su compañero Charles Leclerc, que también dejó fuera de combate al monegasco. Y que fue decisivo para el desenlace de la carrera.

El nuevo ‘cero’ para la ‘Scuderia’, esta vez en el templo de la velocidad donde el equipo de Maranello corre en casa, arropado por decenas de miles de fanáticos seguidores, quedó en un segundo plano -esta vez ante unos 250 médicos, sanitarios y militares, homenajeados de esta forma por su labor durante las más duras jornadas de la pandemia- gracias a que la carrera fue, de lejos, la más loca del año.

Hamilton, que el sábado había elevado a 94 su propio récord histórico de ‘poles’ en Fórmula Uno salió sin problemas.

Sainz, que arrancaba tercero, efectuó una salida sensacional y se colocó segundo, tras rebasar al otro Mercedes, el de Valtteri Bottas -quinto, al final-. El finlandés perdió cuatro puestos en las primeras tres vueltas, en las que el otro McLaren, el del inglés Lando Norris -cuarto este domingo- ascendió del sexto al tercer puesto; y el mexicano Sergio Pérez (Racing Point), décimo en meta, mantenía la cuarta posición con la que empezó la prueba.

Cuando varias vueltas más adelante el séxtuple campeón inglés lideraba por delante de los dos McLaren y de ‘Checo’ se produjeron los dos accidentes -sin mayores consecuencias- que marcaron la carrera: el del danés Kevin Magnussen (Haas), en la 17, que provocó la entrada del primer coche de seguridad; y el de Leclerc, que motivó el ingreso del segundo, instantes antes de que se interrumpiese la carrera durante unos minutos, con bandera roja.

Con el primer ‘safety car’, Hamilton ‘tiró’ la victoria, al entrar a cambiar neumáticos cuando el ‘pit lane’ estaba cerrado. Una acción que al principio casi nadie entendió, ya que el inglés fue el único que entró; y que le costó una penalización de diez segundos con una parada en la entrada a garajes (‘stop and go’) que le derivó al fondo de la parrilla. Desde donde acabó remontando hasta la séptima plaza final.

El séxtuple campeón mundial minimizó daños -o aumentó su ventaja, según como se mire-, porque Max Verstappen (Red Bull) se retiró en la vuelta 30. Y ahora el inglés lidera con 164 puntos, 47 más que Bottas y con 54 de ventaja respecto al holandés.

Con el coche de seguridad en pista, Sainz era líder virtual de la carrera; pero había que arreglar los desperfectos derivados del accidente de Leclerc en la Parabólica; y la carrera se detuvo unos minutos, con bandera roja. Los pilotos, que habían entrado en boxes, regresaron a pista. Y nada más re-lanzarse la carrera, en parado, desde la parrilla, y en la vuelta 29, Carlos -que pasó de aspirar al triunfo a pensar que ni siquiera llegaría al podio- inició  su remontada desde la sexta plaza que ocupaba en ese instante.

Hamilton entró a cumplir la sanción y cedió el liderato a Gasly, que no desperdició la gran ocasión de su vida. En la presentación de Alpha Tauri, a mediados de febrero, el francés había comentado a Efe en la localidad austriaca de Salzburgo que el año pasado «fue durísimo» para él, por el fallecimiento de uno de sus mejores amigos (Anthoine Hubert, homenajeado el pasado fin de semana en Spa) y la relegación al ‘segundo equipo’ desde Red Bull; pero que supo «darle la vuelta» y que acabó la temporada «en lo alto», tras ser segundo en Sao Paulo, el mismo día que Sainz festejó su primer podio, en el último Gran Premio de Brasil.

El español lo dio todo en Monza, firmó una carrera perfecta; y pasó de estar a casi seis segundos del galo nada más reiniciarse la prueba a tener a tiro una victoria que hubiese llegado a buen seguro si la prueba hubiese durado una vuelta más. Al final reconoció un sabor agridulce, pero se mostró contento con una segunda plaza, que, unida a la cuarta de Norris, colocan a McLaren en el tercer puesto del Mundial de constructores.

Gasly, obviamente, estaba exultante. «No tengo palabras para explicar lo que siento, me han pasado tantas cosas durante los pasados dieciocho meses que no me lo creo», explicaba el galo, que culminó con un inesperado éxito un gran fin de semana en el templo de la velocidad.