viernes, 29 marzo 2024
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La energía intangible de Egan Bernal

Desde los Campos Elíseos, París, el periodista Alexis Mora relata para Correo del Caroní cómo se vivió el triunfo de Egan Bernal en el Tour de Francia el domingo.

París.- El ciclismo se mueve a velocidades trepidantes. Es un torbellino, un splash de agua fresca, burbujas de colores, gritos de aficionados y esa inolvidable ráfaga de viento que generan los ciclistas al pasar. Sin saberlo, es el cambio que llega en forma de ventolera, que ocurre como una constante en el mundo del pedal y que paradójicamente coincide con cierto momentum de un mundo que se resiste a mover las estructuras.

El triunfo de la tarde del domingo del colombiano Egan Bernal en el Tour de Francia resume no solamente la herencia recibida por este gran ciclista, quien el pasado año fue uno de los miembros del equipo de Chris Froome (campeón de esa edición), sino que representa un nuevo y gran momento para una nueva generación de pedalistas en Latinoamérica.

Ya no basta ser el favorito o tener las mejores condiciones. Este Tour de Francia ha demostrado que con estrategia, planificación y trabajo en equipo, se logran estos resultados. Hoy buena parte de la prensa deportiva francesa ha titulado sobre la derrota que significó para Julian Allaphillipe haber perdido el tour en las últimas dos etapas. Egan, sin proponérselo, ha planteado una manera distinta de comprender el ciclismo en el mundo. Como en el béisbol y otros deportes, esto no se acaba hasta que se acaba.

El joven maravilla

“Es de Latinoamérica, es de Colombia, es de Zipaquirá”, relataba Mario Sábato para la cadena ESPN, mientras todos los colegas de diferentes medios se desmenuzaban en elogios y euforia. Es el clímax. Nunca antes ni Colombia ni Latinoamérica habían hecho sonar un himno en los Campos Elíseos. Esto, aparte de significativo, tiene una lectura adicional: el mundo del ciclismo puede tener su renacimiento en ciclistas como Egan y su generación.

Algunos de quienes se acercaron al pódium instalado cerca de la Torre Eiffel donde se hace entrega del palmarés, comprenden que en esa premiación Colombia ha aportado buena parte del menú y un nuevo huso horario en París, que no es el de Francia, sino la hora colombiana.

Bernal es el colombiano que ha triunfado en París, despertando de un sueño que nació con Lucho Herrera en los años ochenta y que, en los días más recientes, había sido reeditado con las actuaciones de personajes como Nairo Quintana, Rigoberto Uran, Darwin Atapuma y Fernando Gaviria, quienes devolvieron la esperanza con la llegada de Egan a la escena.

Haber llegado hasta aquí no solamente queda registrado en las copas de champán que se han bebido los miembros del equipo Ineos saliendo de Rambouillet, luego del tradicional paseo con fotos de recuerdo en Yvelines antes de ingresar, casi al atardecer en el circuito final de París. Todos los corredores colombianos se acercaron a Bernal e hicieron una foto grupal encima de sus bicicletas, lo que simbólicamente constituye un cambio generacional que ocurre, mientras todos desde la calle celebramos que el ciclismo, como el mundo entero, está urgido de cambios.