jueves, 28 marzo 2024
Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

El Maracaná llega a 70 años de su inauguración

El periodista Mario Filho, quién lidero la campaña para su construcción, odiaría ver lo que quedó del Maracaná a los 70 años de su inauguración, dónde las nuevas reglamentaciones no dejaron espacio para los menos poseídos

Río de Janeiro.- El legendario periodista brasileño que lideró la campaña para construir en el barrio carioca de Maracaná el mayor estadio del mundo, de cuya inauguración se conmemoran 70 años este martes, odiaría ver en lo que se convirtió el templo futbolístico que fue bautizado con su nombre, Mario Filho.

Así lo asegura en entrevista con Mario Rodrigues Neto, quien acompañó a su abuelo a cientos de partidos en las «sillas perpetuas» que poseía en el estadio de Río de Janeiro.

Aclaró que Mario Filho, impulsor del periodismo deportivo en Brasil fallecido en 1966, siempre defendió un estadio para más de 150.000 personas que contara con amplias gradas para el público de escasos recursos, dos cosas que el Maracaná ya no ofrece.

«Todo lo que él propuso en la época fue hecho. Él quería un estadio para 150.000 personas y lo hicieron para 200.000. Él no tenía ninguna queja de lo que había sido construido. Pero si estuviese vivo iría a morir de un ataque al corazón con el Maracaná de hoy», afirmó Mario Neto.

El nieto del periodista abundó: «Él lo detestaría. No es el estadio por el que tanto luchó. Él nunca luchó por un estadio para 60.000 personas. El Maracaná hoy da para 87.000 personas como mucho. Yo vi a su lado más de 200 partidos con más de 100.000 personas en el Maracaná».

Según Mario Neto, las reformas a las que fue sometido para adecuarlo a las exigencias de la FIFA para que pudiera ser la sede de la final del Mundial de 2014 lo desfiguraron, primero porque redujeron significativamente su aforo y segundo porque eliminaron la «Geral» (la tribuna general), destinado a los hinchas más pobres.

«Detestaría por todo lo que hicieron, por el cierre de la Geral, por muchas cosas que él no quería… Cuando hicieron el proyecto inicial, la primera preocupación suya fue con los más pobres. Él quería que quien tuviese poco pudiese ir a los partidos y por eso crearon la ‘Geral’, que ya no existe», explicó.

El estadio Maracaná, uno de los mayores templos del fútbol mundial, comenzó a ser construido en 1947 y fue inaugurado el 16 de junio de 1950, en vísperas de la inauguración del Mundial de 1950. En 1966 fue bautizado con el nombre de «Periodista Mario Filho».

Actualmente con capacidad para 78.838 espectadores, el Maracaná es parte de la historia del fútbol y testimonio de las finales de los Mundiales de 1950 y de 2014, y, en 1969, del milésimo gol de Pelé.

Además de albergar los Juegos Panamericanos de 2007 y la final de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016, el estadio carioca también ha acogido conciertos de artistas como Frank Sinatra, Madonna, Paul McCartney y The Rolling Stones.

En su cancha, en la que Brasil lloró la derrota ante Uruguay en la final del Mundial de 1950, brillaron genios como Didi, Garrincha y Pelé, los considerados mejores jugadores de los Mundiales de Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970.

También ha sido escenario de varios clásicos del fútbol brasileño, especialmente el clásico carioca Flamengo-Fluminense, conocido como «Fla-Flu» y popularizado por el propio Mario Filho.

Tras una primera reforma antes de los Panamericanos de 2007, el estadio fue sometido a una segunda y más profunda, antes del Mundial 2014, que costó 1.200 millones de reales (unos 244,9 millones de dólares al cambio actual), para dejarlo «estándar FIFA».

La necesidad de ofrecer sillas numeradas para todos los espectadores y de crear balcones para invitados y patrocinadores, así como otros lujos, redujo la capacidad del estadio y extinguió la antigua ‘Geral’, en el que la visión sobre la cancha no era la mejor pero los bajos precios garantizaban llenos y mucha fiesta.

«Él ya había muerto cuando bautizaron el Maracaná con su nombre. Cuando inauguraron el nuevo Maracaná me opuse a que le dejaran su nombre, pero después algunos amigos me convencieron de que dejara las cosas así», agregó.

Según Mario Neto, a su abuelo tampoco le gustaría ver la violencia generada por las barras bravas en un estadio en que, en su época, los hinchas rivales compartían graderíos sin problema y hasta hacían concursos para ver cuál tenía disfraces más creativos.

Mario Filho fue homenajeado con el nombre del entonces mayor estadio del mundo no sólo por su campaña para construirlo, sino también por su aporte como periodista al fútbol.

Como reportero deportivo de los diarios «A Manha» y «A Crónica», de propiedad de su padre, Mario Rodrigues, innovó en la forma como la prensa comentaba los partidos y presentaba a los futbolistas al hacerlo con un lenguaje más directo y cercano al de los hinchas.

En 1931 fundó ‘O Mundo Sportivo’, el primer periódico dedicado exclusivamente al deporte en Brasil, y en 1936 asumió como propietario del ‘Jornal dos Sports’, desde el que organizó diferentes torneos, uno de los cuales terminó dando origen al actual Campeonato Brasileño.

En la década de 1940, cuando Brasil se adjudicó la organización del Mundial de 1950, protagonizó una disputa con el poderoso concejal Carlos Lacerda -que más tarde sería gobernador de Río- en torno al estadio que Río ofrecería para el evento.

Mientras Lacerda quería construirlo en el lejano barrio de Jacarepaguá, Mario Filho, a la postre vencedor, defendió su construcción en el antiguo Derby Club, el hipódromo que funcionó en el barrio de Maracaná, por ser un lugar céntrico al que toda la población podría llegar fácilmente en autobús o hasta tren.

Por su labor para popularizar el fútbol, antes un deporte de elite en Brasil, su hermano, el famoso dramaturgo Nelson Rodrigues, lo eternizó con el título de «el creador de multitudes».