jueves, 28 marzo 2024
Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

La avioneta de Jimmy Ángel reposa, como si estuviera lista para otro despegue, en Ciudad Bolívar desde hace 41 años

En un acto en el parque Leonardo Ruiz Pineda, en Ciudad Bolívar, funcionarios de la FAV entregaron al gobernador Alberto Palazzi Pietrantoni la nave reconstruida con la que Jimmy Ángel divisó el Kerepakupai Vená | Foto Cortesía

Joelnix Boada – @joelnixb

En este Correo de Ayer rememoramos la tarde del 26 de abril de 1980 en el parque Leonardo Ruiz Pineda de Ciudad Bolívar, donde funcionarios de la Fuerza Aérea de Venezuela (FAV) y la gobernación del estado Bolívar organizaron un acto para la entrega y recepción de la avioneta Flamingo “Río Caroní”, en la que el piloto norteamericano Jimmy Ángel divisó al sur de Venezuela el Kerepakupai Vená o Salto Ángel, la caída de agua más alta del mundo.

Alberto Palazzi Petrantoni, quien era gobernador del estado Bolívar, recibió la avioneta de parte del comandante general de la aviación. La nave fue rescatada por técnicos de la FAV en 1970 en la meseta del Auyantepuy. “Esta aeronave fue reconstruida en los talleres de la FAV en Maracay y luego fue expuesta en todas las bases aéreas con motivo del año jubilar de esa fuerza. De ella se hizo una réplica que está en el museo de la aviación en Maracay”, indica la reseña en Correo del Caroní.

En el artículo se resalta que el personal técnico integrado por Gilberto Vallenilla Rangel, Alí Antonio Villegas, Daniel Fuenmayor, Rafael Oliveira y Carlos Méndez Colmenares, rescató la avioneta modelo Flamingo del Auyantepuy el 6 de febrero de 1970 luego de que Ángel la estrellara en la meseta en 1937.

Hace 41 años, Correo del Caroní detalló los pormenores de la entrega del Flamingo Río Caroní a la gobernación de Bolívar | Foto Joelnix Boada

Pero, volviendo al principio de la historia, ¿cómo llegó el Flamingo a la cima del salto más alto del mundo en el Parque Nacional Canaima, al sur de Bolívar? Ocurrió el 9 de octubre de 1937, cuando el piloto estadounidense Jimmy Ángel emprendió un vuelo al Auyantepuy junto a su esposa Marie Ángel, el ingeniero y escalador venezolano Gustavo “Cabuya” Henry y su empleado Miguel Ángel Delgado. 

El vuelo se hizo a bordo de un Metal Aircraft G2 Flamingo, fabricado en Cincinnati en 1929, y que Ángel bautizó “Río Caroní”, canal fluvial con el que se guiaba al volar por el estado Bolívar. El objetivo era aterrizar en la meseta del Kerepakupai Vená (nombre pemón del salto), pero tras 15 minutos de despegue comenzaron a descender y aunque en principio la nave tocó terreno regular, luego de recorrer 230 metros se atascó en un terreno pantanoso, quedando la hélice enterrada en el fango y la cola al aire, suspendida. 

El Flamingo Río Caroní quedó inutilizado debido a que se rompió la manguera de gasolina, e incomunicado porque esta bañó el radio transmisor, medio por el que se comunicarían con el capitán y explorador español Félix Cardona Puig, quien esperaba saber de la tripulación en tierra firme, en un campamento cercano. 

Los cuatro tripulantes tardaron 11 días en bajar el salto. Lo lograron gracias a la destreza del escalador Gustavo Cabuya y a las provisiones que Ángel llevaba. Luego de más de tres décadas, la programación del año “Año jubilar de la Aviación Venezolana” incluía rescatar la nave en la cúspide del conocido Salto Ángel. La misión se denominó “Operación Auyantepuy”.

Para sacar la nave de la cima tuvieron que desmantelarla, lograron colocarla en posición horizontal y el desmontaje duró tres días. Se dificultó porque los pernos y tornillos estaban oxidados. 

En la parte superior dos fotos del accidente de Jimmy Ángel hace 84 años. En la parte inferior dos fotos del rescate de la nave hace 51 años | Foto Cortesía

Esta operación, el posterior ensamblaje en Maracay y la entrega en el parque Ruiz Pineda hace 41 años ha permitido que hoy tengamos permanentemente en la capital de nuestro estado una parte de la historia de la caída más alta del mundo. El Flamingo Río Caroní fue catalogado como Monumento Histórico Nacional y reposa, como si estuviera listo para otro despegue, en el Aeropuerto Nacional Tomás de Heres.