jueves, 28 marzo 2024
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Vecinos de Core 8 protestan y rompen tubería para recoger agua tras 40 días sin servicio

Como alternativa a la crisis, los habitantes de Core 8 rompieron una tubería de aguas blancas. Desde hace dos semanas, en el lugar se concentran vecinos de al menos cinco sectores para recoger agua desde la madrugada.

@mlclisanchez

Familias de Core 8, en Puerto Ordaz, trancaron la avenida Caracas en protesta por la ausencia del servicio de agua por tuberías desde hace 40 días. Al no estar preparados para la contingencia, no hay envases que los vecinos no llenen las pocas veces que llegan cisternas.

Los camiones estatales no son suficientes para atender la demanda de agua en el sector. Aunque llega cada dos semanas, no suple a todos los sectores. Algunos vecinos reportan que el suministro les dura solo dos días.

Además de eso, aseguran que el agua repartida es industrial, no apta para el consumo humano, o así lo sospechan por su color y olor.

La ausencia del agua potable hace imposible cumplir con los protocolos de limpieza en los hogares, mucho menos con lavar la ropa para mantener la higiene durante la pandemia por COVID-19.

    Noris Cordero explicó que teme el cierre del acueducto Sur Oeste, pues Hidrobolívar tiende a cerrar acueductos cuando ameritan reemplazo de equipos | Fotos William Urdaneta

“Esta situación nos mantiene con la ropa sucia, sin podernos bañar, sin poder preparar los alimentos de forma higiénica. Ya es suficiente el tiempo que les hemos dado para que resuelvan el problema”, manifestó Noris Cordero, habitante del sector Las Casitas y miembro del sindicato de trabajadores de la estatal Hidrobolívar.

Los vecinos aseguran que no han recibido mayor información de la Hidrológica Bolívar (Hidrobolívar) luego de que a través de un comunicado la empresa estatal informara que la razón de la falla es la avería de un motor del acueducto Sur Oeste.

El 13 de agosto, la empresa estatal informó vía Twitter que habría bajo caudal de agua porque la estación PT3 de rebombeo estaba en mantenimiento, la situación empeoró.

Cordero explicó que los vecinos temen el cierre del acueducto, como sucedió con el acueducto de Puente Blanco en El Callao hace dos años. Insiste en que a medida que van cerrando los acueductos los van desmantelando. “Hay una gran incapacidad en el manejo del servicio de agua, ese motor viene fallando desde hace tiempo y no tiene remedio más que reemplazarlo”, dijo.

La mayoría de los vecinos no tienen tanques de agua. Marlenis Cordero, vecina de la comunidad, informó que, en momentos de precariedad, entre todos han tenido que prestarse baldes de agua cuando alguien se queda sin reservas y sin dinero para comprar el agua que las cisternas estatales venden a 200 mil bolívares en efectivo, dependiendo del tamaño del envase. “Y eso porque no es un tanque, porque por llenar un tanque cobran hasta un millón de bolívares en efectivo,” dijo.

Cuando logra llenar su tanque ayuda a los vecinos que solo tienen ollas, bidones y baldes para recoger agua.

“Es que no estábamos preparados para un plan de contingencia de esa magnitud, no podemos pagar la desidia que ha tenido el gobierno por no tener un stock de repuestos para el sistema de la planta de bombeo”, enfatizó Néstor López, habitante del sector Las Casitas.

Un paliativo, romper la tubería

Como alternativa a la crisis del agua, los habitantes de Core 8 rompieron una tubería de aguas blancas. Desde hace dos semanas, en el lugar se concentran vecinos de la 338, Villa Celestial, Las Casitas, Las Teodokildas, La Sabanita y otros sectores para recoger agua desde la madrugada. Durante la faena deben recorrer a pie distancias de hasta tres kilómetros o más.

Dependiendo de la cantidad de agua requerida por hogar, tanto niños como adultos hacen más de un recorrido.

    Afectados también denunciaron que llevan cuatro meses sin servicio de gas doméstico

Frente a la laguna de agua marrón que se formó con la ruptura de la tubería, las mujeres se reúnen a lavar la ropa a mano, mientras sus hijos y otros familiares llenan los recipientes de agua como pueden. Todos hacen una fila, espalda contra espalda: cuando se trata de buscar agua no existe distanciamiento social.

Ahí se encuentra casi a diario Solmarys Hernández, ella y sus dos hijos recorren al menos tres kilómetros a pie desde el sector 338 para llegar al suministro de la tubería rota. Cuenta que es duro porque ella, y sus compañeras de faena, deben dejar el desayuno listo a las 5:00 am, y con hijos a la espalda salir a buscar agua como sea, desde temprano.

“Yo tuve que dejar a mis hijos con sus abuelos en Alta Vista, porque aquí lo que pueden es agarrar una sarna, la calidad del agua es mala, y tengo que lavarles la ropa aquí”, lamentó Génesis Santaella, mientras en medio del fango lavaba el coche de su hijo de dos años.

En la manzana 38, donde vive Marlenis Cordero, vecina del sector, hay al menos dos personas con afecciones de la piel que atribuyen a la calidad del agua que deben recoger. “Yo no tengo que ser experta para saber que el agua que nos están trayendo de las cisternas es agua sucia del río. Para eso el gobernador está en ese puesto, para ayudar. Queremos que nos escuche y nos ayude a solucionar el problema”.

Mientras tanto, otros vecinos pueden pasar hasta dos horas en la fila para comprar agua potable. Jimmy Albornoz que vive en las Teodokildas, camina tres cuadras para llegar y hacer la cola para recargar sus cuatro bidones de agua, lo acompaña su vecina, Mirsa Basanta, una anciana de 70 años quien debe apoyarse en otros vecinos del sector para contar con el suministro. “Esto es todos los días, las cisternas surten dos calles nada más y los demás nos quedamos sin agua”, dijo.

4 meses sin gas

La grave crisis de agua que padece el sector, se agrava con la ausencia de gas doméstico. Los vecinos no cuentan con el combustible desde hace cuatro meses, por lo que deben cocinar a leña.

Ya no queda arbusto en el sector que no haya sido podado por los vecinos para poder cocinar. Incluso algunos reportan que han tenido que comprar la faja de leña en 150 mil bolívares.

Vecinos atribuyen los problemas respiratorios de algunas personas en el sector, a la humareda que genera cocinar en fogón. “Hay muchas personas que sufren de asma, muchos niños, y de tantos fogones hay tantas enfermedades. Queremos que nos devuelvan nuestras bombonas porque si no, vamos a tomar la vía otra vez”, manifestó Mercedes Mejías, habitante de Las Casitas.

    Entre los vecinos se donan entre sí baldes de agua cuando alguien se queda sin reservas y sin dinero para comprarla

Un cilindro de gas de 10 kilogramos puede costar hasta 30 dólares en el mercado negro, de acuerdo con el reporte de los vecinos. Hace siete días Petróleos de Venezuela (Pdvsa Gas) recogió 150 cilindros del sector para llenarlos, pero hasta ahora no los ha entregado.

“La respuesta que nos dieron es que no ha llegado el gas licuado, y que para esa situación no tienen respuesta. Ellos no asumieron el compromiso de entrega”, dijo Néstor López, vecino de la manzana 18 de Las Casitas.

De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), en agosto, 150 protestas en Venezuela fueron para exigir gas doméstico. El informe señala que hay casos de corrupción en el sistema de llenado y distribución del gas. Además, se han detectado irregularidades como bombonas llenas de agua con gas.

Solo en agosto, hubo más de cinco protestas por gas doméstico en Caroní, sobre todo en sectores de San Félix. La crisis del gas doméstico involucra no solamente la falta de mantenimiento en las plantas procesadoras, sino un deterioro del sistema de distribución.

“Esta no es una cuestión política, esta es una necesidad de la comunidad, le exigimos al Gobernador que nos solucione el problema no solo con cisternas, queremos que nos llegue el agua como antes, por tubería, y queremos el gas”, expresó David Hernández, un comerciante local de Core 8, desde hace más de una década.

El hombre tiene una panadería que no ha podido abrir más por la ausencia de agua potable y gas doméstico, lleva más de tres meses desempleado, durante la pandemia por COVID-19.

 

  Las mujeres se reúnen a lavar la roba cerca de la tubería rota, donde se concentran residentes de cinco sectores de Core 8