Mientras sueña con su retorno a los caños del delta del Orinoco, en Venezuela, este maestro e indígena warao trabaja acompañando a los niños de la misma etnia que están matriculados en las escuelas formales de Brasil. A través del aula de refuerzo escolar les muestra que la condición de los migrantes forzados indígenas no es estar pidiendo dinero en las calles, que pueden formarse y crecer con dignidad en el nuevo territorio.
Desde 2017 ha aumentado significativamente la migración forzada de indígenas warao procedentes de Venezuela hacia Brasil. Algunos tienen más de cinco años viviendo en albergues.
La periodista Minerva Vitti comparte el relato de una habitante de una comunidad indígena que vivió el miedo y la zozobra de aquellos días, cuando existía la amenaza perenne de que los militares entrarían a todas las comunidades indígenas a militarizar. Cientos fueron desplazados forzosamente. El miedo aún vive en Gran Sabana.