Fe y Alegría, movimiento educativo nacido en Venezuela y extendido en 22 países, está cumpliendo 69 años. Está en casi todo el país con sus 4 programas y casi 7 décadas educando y aprendiendo. Sobre esos aprendizajes escribimos.
Los jóvenes necesitan de mucho apoyo. Los que están estudiando y sobre todo los que están fuera de las aulas. Los hogares constituyen una primera escuela que no puede sustituirse, tienen que convertirse en protectores y tienen que enseñar a convivir, y ser aliados de la escuela.
La tragedia de esta semana en la llamada Bulla Loca, una mina de oro que se desplomó en el estado Bolívar, no es algo aislado de lo que ha significado para ese estado la economía extractivista.
En enero hubo en Venezuela 303 accidentes de tránsito con un saldo de 112 muertes, según el OSV. Las calles y las carreteras venezolanas llevan años convertidas en guillotina, en una jungla donde priva la ley de la selva, ganan los más fuertes en detrimento de los más vulnerables.
Hoy los jóvenes venezolanos tienen que librar batallas contra la desesperanza, el deterior ambiental, el derecho a participar en política. Hay que animarles a participar por el bien de la sociedad y por su propio bien.
Viene el Día de la Juventud en Venezuela, también el Día de la Amistad, buenas fechas para detenernos en algunas situaciones de riesgo y urgencias de los NNA y jóvenes venezolanos: abuso infantil, ideación de suicidio, soledad.
El 30 de enero se celebra el día escolar de la no violencia y la paz en recuerdo de la muerte de M. Gandhi. La violencia en el mundo y también en las escuelas, hacen muy pertinente celebrar este día con acciones pedagógicas que contribuyan al respeto de los DD HH y la convivencia pacífica.
La educación tiene que seguir siendo tema, por lo importante que es y por lo mal que está en Venezuela. Es hora de pasar a la acción, dice la UCAB. Fe y Alegría insiste en la alianza amplia para salvarla, en la urgencia por salarios dignos para los docentes.
El 14 de enero se celebra el Día de la Divina Pastora, una celebración no sólo para los larenses y en la que muchísima gente camina junta, sin preguntar quién tiene al lado. Esta movilización debe inspirar a este país necesitado de “caminar juntos”.
Cada 15 de enero, desde 1945, se celebra el Día del Maestro por decreto del presidente de entonces, Medina Angarita. Hoy reconozcamos su situación, su importancia, y la necesidad de ser acompañados, pues sin maestros no hay escuelas y nos estamos quedando sin educadores.