jueves, 28 marzo 2024
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Plaga de chinches en París siembra desesperación entre las personas

El insecto, que se alimenta de sangre humana, desapareció casi por completo de la vida cotidiana en 1950, pero resurgió en las últimas décadas por los cambios en el modo de vida.

La presencia de chinches, un insecto de unos 7 milímetros de largo, desató una oleada de psicosis en París, a menos de un año de los Juegos Olímpicos, obligando al Gobierno a actuar.

“Las chinches son una fuente de ansiedad y un auténtico calvario para los afectados”, reconoció el martes la primera ministra, Élisabeth Borne, ante el Parlamento.

Este insecto, que se alimenta de sangre humana, desapareció casi por completo de la vida cotidiana en 1950, pero resurgió en las últimas décadas por los cambios en el modo de vida.

En Francia, las chinches protagonizan desde hace días videos virales en las redes sociales que denuncian su presencia en los asientos del metro, trenes o cines, que no se confirmó en todos los casos, informó Noticias Caracol.

“Creo que no es un motivo de pánico generalizado”, advirtió en la radio France Inter el ministro de Salud, Aurélien Rousseau.

Consecuencias

Pero las consecuencias de sus picaduras -desde irritación hasta problemas de sueño, ansiedad o depresión- y su compleja erradicación alimentaron la psicosis desatada.

Pasajeros del metro examinando su asiento antes de sentarse se ha convertido en algo habitual. “Tengo la impresión de verlas por todas partes”, asegura una usuaria de la línea 11.

“Estos pequeños insectos están sembrando la desesperación en nuestro país”, denunció la diputada izquierdista Mathilde Panot con un frasco de chinches en la mano en el Parlamento.

El malestar obligó al Gobierno a reaccionar, justo cuando París se prepara para acoger en julio y agosto los Juegos Olímpicos y Paralímpicos y a millones de visitantes.

“Chinches, mosquitos y ratas podrían aguar la fiesta”, alertaba el diario Le Parisien, recordando que otras sedes olímpicas como Londres y Sydney afrontaron problemas similares.

Más allá de la capital, su presencia obligó a cerrar centros educativos en Marsella (sureste) y cerca de Lyon (este) para desinfectarlos.

En septiembre, las urgencias del hospital de Boulogne-sur-Mer (norte) también se cerraron durante un día al detectarse varios focos, según su director.

Entre 2017 y 2022, 11% de los hogares franceses se habrían infestado, según un sondeo de Ipsos en julio realizado para las autoridades sanitarias.