jueves, 28 marzo 2024
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Alianza Sindical acampa en portón de Sidor para exigir reintegro de trabajadores desactivados

Los dirigentes recriminaron la falta de atención de quienes hoy manejan los cargos de poder en las empresas básicas, quienes pese a ser oficialistas, responden a intereses distintos dentro del chavismo. | Foto cortesía

@g8che

Este lunes un grupo de 40 sidoristas inició una concentración frente al portón 1 de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) exigiendo el reintegro a sus puestos de trabajo. Los empleados, en su mayoría progobierno, asistieron con bolsos, ropa y comida y afirmaron que permanecerán en dicho espacio hasta ser atendidos por una autoridad del Estado.

Marcelo Palma, miembro del grupo Alianza Sindical y uno de los que participó en la concentración, señaló: “Vinimos decididos, hasta que nos den una respuesta, nos atiendan o nos digan qué es lo que va a pasar con nosotros”.

Recriminó que mientras más de 7 mil trabajadores están desactivados y sin poder ingresar a la planta, la estatal empezó a operar con obreros foráneos. “Los padres y madres de familia vinimos dispuestos a defender nuestros puestos de trabajo” comentó.

Desde mediados de marzo de 2020, la siderúrgica inhabilitó la ficha de más de la mitad de los trabajadores, amparándose en el decreto de estado alarma por la pandemia de la COVID-19.

Aunque al principio la medida era entendida por los empleados, en estos momentos genera malestar debido a que los trabajadores no rotan, el personal fuera de planta recibe menos de 20 dólares de quincena y dejaron de ser atendidos con las bolsas de alimentación.

A pasar la escoba 

“Que nos activen nuestra ficha y que nos regresen a nuestros puestos de trabajo”, exigió Carlos Rosas, también militante de Alianza Sindical. Señaló que hay trabajadores con años dentro de la empresa preocupados y en incertidumbre ante la posibilidad de perder sus empleos.

Con la concentración, los empleados esperan llamar la atención del gobierno central | Foto cortesía

Los sidoristas desde el mes de febrero iniciaron una serie de protestas, luego de que la compañía pagara en la segunda quincena de enero menos de 15 dólares a los trabajadores activos, lo que motivó que detuvieran la producción de palanquillas exigiendo mejoras salariales.

Pero las carencias económicas para mantener las protestas, la poca movilización, las limitantes de traslado y la nula atención de las autoridades tanto de CVG como de Sidor, diluyeron los reclamos. “Lo de ellos es pisotear la dignidad al trabajador”, cuestionó.

Rosas instó a Nicolás Maduro a responder a los reclamos de los trabajadores de Guayana y a “pasar la escoba” con la actual directiva de CVG y Sidor, la cual pese a ser del oficialismo, pertenece a otro grupo de poder diferente al de este grupo sindical. De no ser así, Rosas advirtió que en las elecciones de este año el oficialismo sufriría una derrota nunca vista en Guayana.

Desechados 

Manuel Fronten, delegado de Sidor y otro de los que participó en la actividad, recriminó que presidentes y directivos de las empresas en la región no atiendan los reclamos de los trabajadores. “Nos tienen desechados hacia un lado”. El delegado espera que con la actividad el gobierno central se pronuncie por sus reclamos.

Afectados denunciaron que durante la concentración patrullas de cuerpos de seguridad del Estado pretendían amedrentarlos con recorridos por el lugar y que hasta las 2:00 de la tarde no habían sido atendidos por la empresa.

Los trabajadores de Sidor, al igual que los de las demás empresas de CVG, desde hace más de siete años vienen sufriendo atropellos de un gobierno que hace llamarse obrerista. La imposición del contrato colectivo en 2014, que desmejoró cláusulas y la creación del memorando 2792 en 2018, fueron dos de los golpes claves del régimen contra los beneficios.

Pese a retomar los reclamos, la desarticulación del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y sus Similares (Sutiss), el amedrentamiento y la pérdida de fuerza laboral ha dejado a los trabajadores sin rumbo y sin la capacidad para generar la presión suficiente para obligar a los representantes del Estado a atenderlos.