jueves, 28 marzo 2024
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Carta abierta a dos protagonistas del porvenir

Son un par en una sola; no sé si se estila, pero me permito hacerlo en momentos que cuenta mucho no dejar por las formas las palabras que puedan ser de alguna manera compañía en la niebla o en las aguas revueltas que vivimos.

@OttoJansen

Primera: novedades en aguas profundas

Febrero, 2024

Apreciado

Lic. Oscar Murillo Hernández

Las corrientes del acontecer venezolano tienen bastante tiempo revueltas y oscuras. Esa condición distrae sobre lo que pudiera ser normal y lo que no, aun cuando todos los venezolanos como quien vive en las montañas rodeado de precipicios y de las nieblas más densas han aprendido agudizar la mirada y saber por dónde caminar. Pero cualquier insignificante descuido hace que el torbellino de aguas coloque o se lleve sedimentos que pudieran tener repercusiones graves.

En el estado Bolívar, en una situación país de acoso por la incertidumbre, la inexistencia de justicia, hambre y hundimiento, los signos trascendentes regularmente se los traga la cotidianidad agreste, y cuesta a los ciudadanos tener pulso de las novedades, algunas pequeñas, que aportan desarrollos significativos al acontecer lleno de espejismos. El nombramiento tuyo, Oscar, como coordinador general de Provea es una manifestación de esos pequeños síntomas que primero vienen a destacar el rol protagónico (en muchos años del tejido social de la región) de un nativo de Guayana directamente en el ámbito de las exigentes circunstancias nacionales. Lo segundo que indica es la presencia pública de un miembro de las nuevas generaciones en un ambiente como el del estado Bolívar y del país, donde puede pensarse que la presencia joven está constreñida a la trivialidad colorida o a la sumisión. Anclada entre los momificados actores de por lo menos hace 50 años y esas especies de “notables” que en muchos casos han resultado ser, en medio del destructivo proceso revolucionario, verdaderos personajes con pie de barro.  

Así, mi querido amigo, no solo es desearte suerte en la responsabilidad, sino que sigas teniendo el pulso para cohesionar equipos, ideas y acciones como contribuiste desde la jefatura de redacción de Correo del Caroní, y luego en el paso por la dirección de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, extensión Guayana. El país está devastado, las instituciones son un fardo inútil y las organizaciones políticas son una lamentable pantomima que esconde intereses subalternos. En ese sentido, las organizaciones de la sociedad civil venezolana han venido haciéndose un nombre. De manera específica es el caso de Provea, que ha abordado la responsabilidad de los derechos humanos, con entrega, prudencia y profesionalismo, han puesto la mirada, no en la abstracción de los sufrimientos, sino en aquellos bien concretos que convocan a Venezuela. No en los enfoques de moda de la bulla global, sino en las particularidades y en las acciones precisas. Ya esta tarea no es controlada por la mitología revolucionaria que estuvo años “enconchada” en esas organizaciones predicando leyes que ahora no cumplen. Aquellos viejos guetos voluntaristas del sueño anti capitalista e inhumano que en el balance poco hizo. Ahí va a tocarte un trozo de la historia y de propiciar la creación de nuevas expresiones para la democracia en el país que queremos transformar. Pa’ lante.

Segunda: desde las aulas hacia la trascendencia

A la querida amiga, licenciada María Ramírez Cabello, nueva directora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, extensión Guayana.

Quizás para la vida universitaria de Guayana, cargada de sobresaltos pero aún con una importante existencia interna mediante autoridades, docentes, personal y estudiante, un cambio en la dirección de una de sus escuelas sea un trámite administrativo más. Hay que recordar, sin embargo, que no es del todo de este modo en un contexto de devastación -vuelvo con la palabra- de la educación en todos sus niveles. No puede ser así en una de las pocas universidades de Ciudad Guayana y el estado Bolívar que ha tenido un rol importante en la siembra académica y activismo social frente a la destrucción de la educación superior regional, donde hasta candela han usado contra la universidad pública.

La pregunta que imagino se hace la familia ucabista en Guayana todos los días y noches, es si ¿Avanza o retrocede la UCAB? Interrogante, no solo de sus integrantes, sino de toda la población, porque como sostuve alguna vez, la Universidad Católica llegó a ser en Bolívar un faro de orientación, muerta la narrativa del proyecto industrial pesado y visto el escepticismo y rendición de las élites de la región.

De este modo, estimada licenciada, su condición de joven periodista de altos empujes, valorada incluso internacionalmente; su reconocida calidad profesional y humana la convierten no solo en flamante directora -lo que es meritorio-, sino en una voz relevante de los guayaneses para el presente y porvenir. Un punto de apoyo desde la visión calificada y actual a los anhelos de derecho y de justicia de las comunidades del estado Bolívar; siempre en complemento a su principalísima función de profundizar vertientes del conocimiento a la Escuela de Comunicación Social. Han sido, por lo tanto, para la civilidad local y el empeño por una sociedad democrática y de bienestar, una muy grata noticia su designación, ya que seguro estamos se esforzará con su sencillez y perspicacia en el norte de formar con integridad profesionales y ciudadanos de calidad. Son un par de cartas en una sola; no sé si se estila, pero me permito hacerlo en momentos que cuenta mucho no dejar por las formas, de decir las palabras que puedan ser de alguna manera compañía en la niebla del camino o de las aguas revueltas que vivimos.