jueves, 28 marzo 2024
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Terrorismo de Estado y transformación de la tortura en Venezuela

En el Día de los Derechos Humanos Correo del Caroní reproduce este trabajo especial de 15 minutos sobre la grave situación que vive el país sudamericano.

Cada 10 de diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos. En esta fecha se conmemora la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1948.

En ese contexto es oportuno recordar la grave situación de los derechos humanos en Venezuela a través de este trabajo realizado por el equipo de 15 minutos.

El caso del diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela, Renzo Prieto, quien estuvo preso cuatro años, y afirma que la tortura se ha transformado, es testimonio de lo que se vive en el país sudamericano.

Su vida cambió para siempre el 10 de mayo de 2014. Ni siquiera se había cumplido el primer año de la presidencia (hoy cuestionada) de Nicolás Maduro.

Ese día, tras participar en una manifestación exigiendo la libertad de varios compañeros -presos dos días atrás-, fue interceptado por sujetos armados no identificados. Lo persiguieron varias cuadras a alta velocidad, lo bajaron de su vehículo y se lo llevaron.

Se le acusó de asociación para delinquir y fabricación ilegal de armas. Salió de las celdas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) el 2 de junio de 2018.

“Esto pasó de ser una lucha por la libertad a una lucha por la vida”, contó Prieto en exclusiva para 15 minutos.

Y su caso no es el único. Según la ONG Foro Penal, todavía hay más de 400 presos políticos en el país. Todos con un denominador común: sobreviven a la tortura en los calabozos de El Helicoide u otras instalaciones penales de Venezuela.

Transformación de la tortura

“Varían el tipo de torturas que aplican allí, incluso la han transformado”, señaló el dirigente de Voluntad Popular por el estado Táchira.

Relata que aplican la tortura psicológica “a través de la presión, del insulto, la amenaza, para quebrarte mentalmente”. También usan la tortura física.

Pero hay otra forma de torturar. Y a eso se refiere Prieto cuando señala que el Estado venezolano transformó esta práctica. “Ahora encierran al preso político en ese lugar donde tú no tienes condiciones para distinguir si es de día, si es de noche, no tienes luz natural, no tienes aire natural y por ende te vas a enfermar”, aseguró.

Al respecto, el psiquiatra Luis Madrid sostiene que quienes han sufrido procesos de tortura “tienen 4 a 6 veces más probabilidades de desarrollar cáncer”.

De acuerdo con el experto, existen dos situaciones relacionadas con este tema: durante la tortura y posterior al acto de torturar.

Durante el acto de tortura “se pueden dar muchísimas reacciones. Por ejemplo, la sensación de estrés inescapable”. “Los otros son los cambios fisiológicos que puede producir el terror en un individuo. Puede subirse la presión arterial, puede tener un infarto, puede tener un derrame cerebral, un evento cerebrovascular, puede quedar con secuelas físicas”, añadió el psicólogo.

Terrorismo de Estado

En 2018 se registraron más de 600 casos de tortura en Venezuela, según la ONG Instituto Casla.

De hecho, Venezuela es el primer país latinoamericano en ser investigado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Para Marino Alvarado, activista de derechos humanos de Provea, el régimen de Maduro se caracteriza por ser “excesivamente represivo”, y ha “buscado callar las voces críticas a través de la represión de distintas formas”.

Según el abogado de la ONG, el terrorismo de Estado es “política represiva que tiene como propósito generar terror a las personas contra quienes dirige la política represiva”. En su opinión este es el caso de Venezuela.

“Lo han confirmado varios organismos internacionales de protección de derechos humanos, hay una persecución sistemática de todo aquel que se atreva a ser crítico frente al gobierno”, afirmó Alvarado.

La Declaración Universal de Derechos Humanos es un documento histórico con el cual se proclamaron los derechos inalienables inherentes a los seres humanos. Raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, lugar de nacimiento u otra condición, no tienen cabida en ese texto. Ha sido traducido en más de 500 idiomas. Ninguno se le iguala.