viernes, 29 marzo 2024
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Migrar acentúa los factores de discriminación preexistentes

Los ponentes coincidieron en que los Estados deben adoptar medidas idóneas para lograr la integración de las personas. Además, las autoridades de los Estados deben abstenerse de hacer comentarios estigmatizantes, que alientan el ambiente hostil contra los migrantes.

Organizaciones no gubernamentales concluyeron que los venezolanos que tienen que migrar y desplazarse del país están expuestos a la acentuación de “factores de discriminación” preexistentes.

En un foro organizado por el Centro de Justicia y Paz (Cepaz) y la Red de Activistas Ciudadanos por los Derechos Humanos (Redac) se analizaron las vivencias de las personas migrantes venezolanas ante la xenofobia y ausencia de derechos.

Según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), para noviembre de 2023, la cifra de personas venezolanas refugiadas y migrantes en el mundo superó los 7 millones y medio de personas.

Santiago Martínez, abogado especialista en derechos humanos en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), destacó que “la experiencia de migrar, de desplazarse, reproduce los privilegios y también acentúa todos los factores de discriminación que preexisten”.

“Donde mejor se ve esto es en las rutas de desplazamiento. Las personas que se desplazan por un avión y que se desplazaron en determinado año no tienen la misma experiencia que la de una mujer que se desplaza con hijos y que se desplaza caminando. O de una persona con discapacidad”, indicó.

Cuando una persona enfrenta un factor de discriminación su experiencia migratoria ya está determinada por ese factor. “Y cuando existen varios factores de discriminación estamos ante un enfoque interseccional, donde confluyen el color de piel, la condición económica, tener una discapacidad, el género, etc.”.

Agregó que es importante que la respuesta de los Estados pueda atender estas necesidades de protección particulares.

“Las mujeres venezolanas se enfrentan a una cantidad de riesgos de sufrir violencia asociados a estereotipos de género, asociados a la hipersexualización de sus cuerpos y asociados a la falta de atención salud sexual y reproductiva, que son problemas que seguramente existen en Venezuela, pero se acentúan en esos países”, añadió.

Generando sentido de comunidad

Sobre cómo ha sido el trabajo para apoyar a las personas venezolanas migrantes que llegan a Estados Unidos, Jesús Aguais, fundador de AID FOR AIDS (AFA), señaló que específicamente en Nueva York, desde 1996 a 2005, recibieron a una gran cantidad de latinoamericanos, incluyendo venezolanos, que venían a pedir asilo político basado en orientación sexual y estatus de VIH.

“Lo que nunca pensé es que eso era como el músculo que estábamos fortaleciendo para poder dar la ayuda que estamos dando ahora por medio de AID FOR LIFE”, organización que recolecta medicamentos contra el VIH para enviarlos al extranjero a personas sin acceso a tratamientos.

Aunque al principio la organización era muy pequeña y apoyaba solamente a un grupo muy específico de la población que llegaba a Estados Unidos, con el aumento de la migración de personas venezolanas, AID FOR LIFE se convirtió en una organización internacional.

En la actualidad tienen el programa de redistribución de medicamentos antirretrovirales más grande de los Estados Unidos, manteniendo a más de 200 mil personas en 75 países en tratamiento. “Este trabajo nos mantuvo conectado con las comunidades de personas con VIH”.

Una respuesta acorde

El abogado Santiago Martínez reafirmó que la respuesta de los Estados debe ser acorde a esta naturaleza forzosa del desplazamiento. Si bien hay buenas prácticas en la región de acogida, no existe una respuesta coordinada, lo que hace que los desafíos perduren.

“De nada sirve que una frontera tenga ciertas políticas si en la siguiente hay otras. Esto sirve muy poco para el respeto y la garantía de los derechos humanos. La respuesta tiene que darse con enfoque de derechos humanos, con una idea de responsabilidad compartida y considerando el primer punto que traje a colación y es que el desplazamiento es forzado”, dijo.

Además recordó que los marcos legales de los Estados que reciben personas migrantes provenientes de Venezuela deben contemplar la definición ampliada de la Declaración de Cartagena, que no es la misma de la Convención de Refugio.

“No tiene que caracterizarse una persecución individualísima contra ti. Tú eres refugiado si te desplazas como consecuencia de la violación masiva de derechos humanos. Eso es lo que quedó consignado en la Declaración de Cartagena”, expresó.

El nuevo perfil del migrante venezolano

El perfil de las personas migrantes venezolanas ha cambiado. Según Aguais hay incluso una demarcación entre el venezolano que llegó en avión y el que cruzó la frontera. Esto ha aumentado un fenómeno, caracterizado por el rechazo de algunos venezolanos contra sus compatriotas.

“Tenemos migrantes que vienen saliendo de una xenofobia muy tenaz en Chile, y llegaron a Nueva York, cruzaron todos los países, la selva del Darién, México, que muchos determinan que es más rudo que la selva, y cuando llegan a Nueva York se consiguen que ahora ellos son vistos como de segunda clase. Siento que necesitamos un diálogo para poder reconciliar esas diferencias”, señaló.

Aguais explicó que lo primero que han tenido que hacer es cubrir las necesidades inmediatas de las personas que están llegando a Estados Unidos en condiciones precarias, sin contar, por ejemplo, con un calzado adecuado para caminar por la ciudad. “Nuestra filosofía es que el primer paso a la integración es cuando reconozco y puedo llenar tu necesidad inmediata”.

Sobre la carencia de una respuesta coordinada de la que hablaba Martínez, considera que esta se intensifica más debido a que la migración es uno de los temas políticos álgidos en este año electoral en los Estados Unidos. “Esa falta de coordinación hace el trabajo aún más más difícil”.

Narrativa de normalización de la crisis venezolana

Ciordia recordó que muchos de los programas que se iniciaron en otros países para dar respuestas iniciales a las oleadas migratorias venezolanas no se han renovado. Y aunque en Estados Unidos el Estatus de Protección Temporal (TPS) sí se renovó, se aprueban actualmente menos solicitudes de asilo para personas venezolanas. “Es decir, no hay una correlación entre mayor vulnerabilidad y mayor protección en la respuesta”, dijo.

Agregó que esto podría tener que ver con la imagen de normalización que ha vendido el Estado venezolano, que promueve que ya lo peor de la crisis ha pasado y que ha tenido mella en la respuesta de los Estados.

“Pareciera haberse internalizado que esta no es una población con la misma necesidad de protección de la que tuvo en algún momento. Pero los flujos migratorios nos dicen otra cosa”, sumó.

Despertar la participación

Los ponentes coincidieron en que los Estados deben adoptar medidas idóneas para lograr la integración de las personas. Además, las autoridades de los Estados deben abstenerse de hacer comentarios estigmatizantes, que alientan el ambiente hostil contra los migrantes, porque otras personas se sienten entonces con derecho a agredirlos. Se debe visibilizar la migración como algo que puede ser positivo para los países de acogida. Estados Unidos, por ejemplo, es un país de migrantes.

“Hay que mostrar que la migración puede traer beneficios para todas las personas”, remarcó Martínez.

“Estamos viviendo en un clima político que nos invita a despertar nuestro pensamiento crítico y la participación”,  concluyó Aguais.