La migración venezolana da para todo, en algunos países aprovechan los talentos y para otros es la causa de todos los problemas.
En Colombia, por ejemplo, los migrantes nuevamente están en los discursos de los candidatos a las alcaldías y a las gobernaciones del país. Tan como ocurrió en la campaña presidencial de 2022, la historia se repite.
Por ejemplo, el candidato a la Alcaldía de Bogotá y exministro de la Defensa, Diego Molano, dijo este miércoles en una entrevista radiofónica, “esos venezolanos criminales que hoy roban, atracan y consideran que no les aplica la ley colombiana, los vamos a llevar a esa cárcel y luego los deportamos. Dos mil capturados venezolanos en el último mes y de esos solo 300 pueden ir a la cárcel. Eso no puede ser. El que delinque contra un colombiano y que pague la cárcel y luego lo deportamos…”
A raíz de estas declaraciones, la periodista venezolana Paula Andrea Jiménez denunció que una vez más se instrumentalice la migración venezolana para la campaña electoral, “pasamos de desvenezolanizar la migración a venezolanizar la inseguridad”.
Con la proliferación del crimen organizado transnacional, las autoridades colombianas, en más de una ocasión han generado discursos discriminatorios en contra de los ciudadanos y ciudadanas de nacionalidad venezolana. Discursos que resultan populares y cómodos porque permiten transferir responsabilidades de políticas públicas a un sector criminalizado desde la salida de su país de origen.
La instrumentalización de los migrantes para fines políticos también es una forma de violencia contra hombres y mujeres que abandonaron su país en busca de un lugar para sobrevivir.