lunes, 18 marzo 2024
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Maduro plantea inversión extranjera para empresas básicas arruinadas bajo la gestión socialista

Del “revolcón” de las mafias especulativas al auto-sacudón de las empresas públicas. Así ha mutado el discurso del presidente de facto, Nicolás Maduro. Ahora, sobre la base del descalabro de las industrias de Guayana, se plantea iniciar un proceso de alianzas con capital extranjero, que el empresariado considera insuficiente.

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La incorporación de capitales privados a la composición accionaria de las estatales de metales de Guayana ha sido un fantasma que ha atormentado al gobierno en los últimos años. Abiertamente se ha negado a ello, pese a que el expresidente Hugo Chávez lo aprobó y lo evaluó al inicio del mandato presidencial en 1999. Gremios privados, en cambio, lo han pedido, como una forma de revertir el descalabro en la producción de materias primas y subproductos de aluminio y acero.

Las líneas se cruzaron el lunes, cuando el presidente de facto Nicolás Maduro planteó, ante la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, la posibilidad de dar la bienvenida a capitales privados nacionales o internacionales en las empresas públicas. Mencionó, específicamente, a las estatales de Guayana.

“Las empresas estratégicas están en manos del Estado en función de la riqueza colectiva. Y deben hacerse eficientes, productivas, ya de eso vamos a hablar en estos días en un acto especial en donde voy a generar un sacudón completo en todas las empresas del Estado, un sacudón organizativo, político y económico porque las empresas del Estado tienen que estar productivas al servicio del país y no de mafias que se roban la riqueza del país, una gran rectificación necesaria”, dijo como abreboca.

Lo primero fue arrodillarse a los principios socialistas y descartar la privatización. “No soy un traidor, ni un pelele, no soy un cobarde ni un capitalista ni un neoliberal, no lo soy, pero tampoco soy un obtuso. Si puedo traer capital privado internacional, asesoría, mercado para recuperar una empresa, ¿no lo traigo? ¿me cierro? Si puedo recuperar Alcasa, Venalum, Bauxilum con capital mixto, inversiones y alianzas con empresarios de China, Rusia, de Turquía, de Palestina, de Catar, ¿no lo hago? Porque hay algunos que me acusan: ‘Maduro, cuidado, no te vuelvas privatizador’. No estoy privatizando nada y además todo en el marco de la Constitución y de la ley”, manifestó.

Nuevamente reiteró el plan, que se comprometió a explicar en detalle próximamente: “Quiero el apoyo de todo un país para relanzar y recuperar desde el Estado y con el Estado, eso sí en alianza con privados nacionales e internacionales, que vengan a trabajar también y no a robar”.

     

No es la primera vez que Maduro promete un sacudón, ni sería un hecho sin precedentes abrirse a capitales privados. Varios bloques petroleros en el país se operan en alianza entre Pdvsa y empresas extranjeras, y la producción está en retroceso. En el 2018, el Ejecutivo firmó alianzas entre la estatal aurífera Minerven y capitales privados de Turquía y, hasta la fecha, no hay balances positivos de mejora en la producción.

Los contratos de mejoras e inyección de capital de China en las empresas básicas tampoco han significado un reflote operativo en las industrias de Guayana. Uno de los ejemplos más elocuentes resulta de la inversión de $ 403 millones en Alcasa, una reductora estatal de aluminio casi paralizada con apenas 15 celdas en servicio de un parque de 396 en total.

El expresidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos y de Minería de Venezuela (AIMM) y miembro del directorio, Víctor García, sostuvo que es positivo traer capitales, pero no suficiente para recuperar las industrias de Guayana, que operan a menos de 10% de su capacidad instalada. “En Pdvsa, por ejemplo, hubo alianzas estratégicas, pero no funcionó. Pdvsa está arruinada, el centro de todo es que tenemos que cambiar el concepto de país, hacer alianzas y designar frente a las industrias profesionales con suficiente capacidad para que estén pendientes del rendimiento de las plantas”, explicó.

“Es necesario tener dolientes y los dolientes, está comprobado, es la empresa privada. Pero no es la solución, en el país tenemos problemas más graves, los trabajadores están allí sin hacer nada y pagándoles. Es lo primero a solucionar, es un problema de país. Hay que cambiar la ideología y hacer cambios radicales”, reiteró.

Entretanto, dijo, mientras los privados se ocupan de reflotar la producción de las industrias, “el gobierno debe dedicarse a los servicios y estar pendiente de las riquezas naturales para que sean bien administradas”.

Opinión similar tiene el expresidente de Sidor, Alfredo Rivas Lairet, quien consultado por Correo del Caroní a propósito de los 20 años del proceso socialista de Chávez continuado por Maduro, sostiene que “el Estado debe estar ocupado en las labores propias del Estado que son gobernar y la producción en manos de lo privado. Zapatero a su zapato”.

Chávez además de apostar, en 1999, al triunfo de la privatización de Sidor, había decidido privatizar parte del complejo del aluminio venezolano. “Este modelo prevé la propiedad del Estado, mantenerla, en cuanto a la producción de bauxita y la alúmina. Vamos a colocar en el esquema de privatización a Venalum, que es parte fundamental, digamos que la nave insignia del complejo y estamos anunciándolo al mundo y vamos a diseñar un modelo de asociación estratégica para Alcasa y para Carbonorca, con transformadores nacionales o extranjeros”, afirmó.

Rivas Lairet manifestó que durante los primeros meses del gobierno de Chávez, en 1999, trabajaron intensamente esta propuesta con Cordiplan, el Fondo de Inversiones de Venezuela y Cavsa y “con el visto bueno de Chávez” para buscar esquemas viables, luego de tres intentos de subasta que no se concretaron.

“Estudiamos un modelo distinto a la venta en bloques, vendiendo Venalum y con alianzas estratégicas para Alcasa y Carbonorca. Bauxilum no se tocaba porque había ese recelo de que vender la mina era vender la tierra (…) Quien definitivamente fue un factor influyente en plantear la negativa fue (Jorge) Giordani, quien se opuso abiertamente. Mientras la industria siderúrgica en manos privadas fue exitosa y productiva y generó beneficios a trabajadores, accionistas y al municipio, nada de esto se dio en el aluminio”, dijo Lairet, en una entrevista en diciembre de 2018.

Tres sacudones previos

La apertura al capital privado en las empresas públicas estuvo precedido por el anuncio de un sacudón completo en todas las empresas del Estado, que no es el primero vociferado por Maduro. En total han sido tres sacudones o revolcones ofrecidos por el gobernante, que hasta ahora se han traducido en pésimos resultados operativos en las industrias.

       

En octubre de 2013, el entonces mandatario nacional ofreció un revolcón económico. “A Venezuela le sobran las divisas que necesita la economía y la sociedad. Por eso hay que hacer un revolcón económico, para sacudir a esos agentes económicos de la antipatria, del sabotaje permanente, del robo, es lo que he llamado la burguesía parasitaria”.

En 2014 ofreció el primer sacudón en cadena nacional. Lo acompañaban, entonces, figuras políticas que hoy están ausentes de la escena revolucionaria: Luisa Ortega Díaz, entonces fiscal general y Rafael Ramírez, que dejaba el cargo como presidente de la estatal Pdvsa para asumir como canciller de la República y vicepresidente de Soberanía Política.

“Planteé la necesidad desde el año pasado de avanzar en la refundación del Estado, en una revolución del Estado que después llamé un sacudón. Ha llegado la hora, con los anuncios y algunas de las conclusiones y las decisiones que he tomado arranca el proceso”, sostuvo hace cinco años, cuando planteó “rehacerlo todo, cambiarlo todo, para servir al pueblo. Tiene que iniciarse una nueva etapa de la revolución en todos los órdenes (…) Ahora es un sacudón para lograr el impulso, la fuerza, el despertar, la visión necesaria, y avanzar en un mejor ritmo, a mayor velocidad. Avanzar, avanzar”.

Sin lograr revertir la crisis económica, en mayo de 2018, se comprometió a otro revolcón económico a las mafias criminales para defender al pueblo “por encima de cualquier ataque y consolidar la estabilidad económica del país”, expresó desde el Consejo Nacional Electoral (CNE) durante el acto de proclamación como Presidente de la República para el periodo 2019-2025.

Ni en 2013, ni en 2014, ni en 2018 ni ahora ha habido un plan macroeconómico que sustente los anuncios de sacudón.