domingo, 12 mayo 2024
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 Optimismo con mucha preocupación

El continente y el mundo entero están atentos. Ya conocemos la posición de unos cuantos mandatarios y dirigentes latinoamericanos. Sorpresa ingrata para Maduro quien esperaba respaldos incondicionales.

Edmundo González Urrutia será el próximo presidente de Venezuela. El país estará en buenas manos. Como ha sido dicho, se trata de un hombre serio, preparado, especialista en asuntos exteriores, excelente funcionario público y sin más ambiciones que las de cumplir bien las tareas que ha tenido que cumplir. Está preparado para gobernar, mucho mejor que bastantes de los que están dedicados a la política partidista o a desarrollar sus ambiciones personales exclusivamente. Pero este no es el mejor momento para establecer comparaciones inútiles.

Lo cierto es que tenemos la seguridad de que lo hará muchísimo mejor que lo realizado por Hugo Chávez y Nicolás Maduro en este nefasto cuarto de siglo bajo la conducción, juntos o separados, de estos dos personajes que ya tienen ganado puesto seguro en la parte negativa de la historia contemporánea.

Hay algunas cosas que debemos destacar. El oficialismo pretende hacer creer que su candidato se enfrenta a por lo menos una docena de aspirantes opositores. Es un absurdo ridículo. La realidad es todo lo contrario. La verdadera oposición democrática sólo tiene un candidato: Edmundo González. El enorme pluralismo de aspirantes ha sido promovido por el régimen estimulando y financiando aspiraciones en el mundo de los alacranes para dividir a la oposición y a algún otro que se presta para el demoníaco juego oficialista. Esto está a la vista de propios y extraños. De acuerdo al desarrollo de los acontecimientos, tendrá un elevado costo tanto para el régimen como para quienes desaparecerán muy pronto de la escena política nacional.

Mientras tanto el indiscutible liderazgo de María Corina Machado sigue creciendo. No se debe a una eventual candidatura presidencial. Se ha consolidado a lo largo de los años debido a su conducta intachable frente al régimen, a su coraje y valentía, a su innegable preparación y a la nobleza y desprendimiento personal en la búsqueda de la verdadera unidad opositora a los efectos de la elección presidencial que se avecina.

Maduro está convencido de que nunca podría haberle ganado a María Corina. Sabe que tampoco podría frente a Corina Yoris. Ese ochenta por ciento de rechazo que mantiene en la población hace imposible que logre derrotar al candidato nacional Edmundo González. Ojalá y el temor a abandonar el poder sumado a los malos consejos de la cada vez más reducida camarilla que lo acompaña, no provoquen otra ola de violencia y represión que terminaría ensangrentando al país.

El continente y el mundo entero están atentos. Ya conocemos la posición de unos cuantos mandatarios y dirigentes latinoamericanos. Sorpresa ingrata para Maduro quien esperaba respaldos incondicionales. Llega el final de un tiempo pésimo para Venezuela. El cambio luce inevitable. Recomendamos a Nicolás Maduro que prepare el final del régimen con su salida sin traumas mayores.

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