viernes, 29 marzo 2024
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Barcelona acabó con el Real Madrid

Barcelona.-

Sin Lionel Messi pero con un magistral Luis Suárez, el Barcelona aplastó éste domingo al Real Madrid con una goleada por 5-1 que hunde al conjunto blanco en su crisis y deja a su entrenador, Julen Lopetegui, al borde del despido.

La goleada tuvo como figura a un incansable Suárez, que brilló con un «hat-trick» que hizo olvidar la ausencia del lesionado Messi en el primer clásico sin el argentino ni Cristiano Ronaldo en los últimos once años.

Pese al abultado marcador, el vibrante duelo del Camp Nou tuvo dos parciales bien diferenciados. El primero fue claramente de un Barcelona que, consciente de la fragilidad del Real Madrid y de la delicada situación de su entrenador, acorraló a los blancos desde la presión y se fue a la pausa con un claro 2-0.

Los goles del brasileño Philippe Coutinho, en el minuto 11, y de Suárez, en el 30′, de penal, ilustraron apenas la apabullante superioridad de los azulgrana frente a un Real Madrid noqueado, inánime y sin capacidad de reacción.

El segundo fue, principalmente, de los blancos que, heridos en su orgullo, y espoleados también por su amenazado entrenador, tomaron el control del encuentro, recortaron distancias por medio de Marcelo en el 50′ y amenazaron con empatar. 

Suárez, con un doblete en los minutos de menor superioridad (75′ y 83′) del campeón español, frustró el decidido intento de remonte de los blancos. El chileno Arturo Vidal, en el 87′, lo remató.

Con goleada frente al archirrival, el Barcelona recuperó la cima de la Liga española y relegó a los blancos al noveno lugar.  

Aparentemente sentenciado desde antes que el Real Madrid  compareciera en la fría tarde barcelonesa, Lopetegui pudo vivir sus últimos minutos como entrenador del Real Madrid en el Camp Nou.

El bochornoso resultado fue, quizá, un castigo excesivo para el ex seleccionador español, que tras la pausa, buscando el remonte, arriesgó. La entrada de Lucas Vázquez en el lugar de Raphael Varane fue un desesperado intento por recuperar a un equipo que, revivió durante 20 minutos, y, después, de nuevo desfalleció. 

El segundo gol de Suárez, en los momentos de mayor dominio del Real Madrid, fue todo un mazazo para un grupo que evidenció su fragilidad.

Los blancos pudieron igualar el duelo en dos remates de Gareth Bale y de Karim Benzema que se estrelleron en el palo, cuando los dirigidos por Ernesto Valverde peor defendían. 

Anotaron, sin embargo, los azulgrana, que estuvieron especialmente eficaces en un parcial en el que jugaron peor, pero no perdieron ni ápice de ambición.

El doblete del uruguayo, en el segundo periodo, tumbó definitivamente a un Real Madrid que aún tuvo que ver cómo Arturo Vidal culminaba la obra azulgrana con un cabezazo impecable.

En el primer clásico sin Messi en el último decenio, Valverde había optado el once que ya el miércoles había superado con nota la ausencia de la estrella argentina ante el Inter de Milán. Volvió a funcionarle, si bien Rafinha estuvo más impreciso que frente a los italianos.

Lopetegui, consciente de lo que se jugaba, apostó por todos los pesos pesados del equipo, con Benzema y Bale en la avanzadilla, acompañados de inicio por Isco, en solitario después.

El internacional español fue un verso libre e ilustró el caos que imperó en un Real Madrid absolutamente falto de ideas y de capacidad de respuesta en el primer parcial.  

Así, los primeros 45 minutos fueron un monólogo del Barcelona, que acorraló al Real Madrid desde la presión y cortó toda posibilidad de salida de los blancos. 

Con la pelota totalmente en su poder, los azulgrana apenas demoraron 11 minutos en tejer su primer gol, que firmó Coutinho, después de un gran servicio de Jordi Alba, el rey de la banda, que, a su vez, había recibido de Ivan Rakitic.

En realidad, los jugadores del Barcelona se habían pasado el balón durante un minuto y 35 segundos hasta hallar la mejor manera de convertirlo en gol. Coutinho rubricó así cuarto tanto en el Liga. Jordi Alba, su sexta asistencia en los 14 partidos que disputó esta temporada.

Inánime, pasivo y absolutamente perdido, el Real Madrid no reaccionó hasta que salió por segunda vez del vestuario del Camp Nou. Rozó el remonte y, después, ante un tremendo Luis Suárez, sucumbió.