jueves, 18 abril 2024
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En Villa Alianza cuando reciben agua por tubería es solo por 20 minutos

Más de dos años tienen los vecinos padeciendo por el mal servicio, el mismo tiempo que ha transcurrido, desde que las autoridades de Hidrobolívar prometieron hacer un programa de redistribución que mejoraría el despacho y que aún no se cumple.

@g8che 

El lunes en la tarde y martes en la mañana, vecinos de Villa Alianza salieron a protestar a la redoma de Chilemex, en Puerto Ordaz, porque no reciben agua en sus hogares. Pese a que se han comunicado con autoridades de Hidrobolívar, la ayuda prometida nunca llegó al urbanismo.

Doris Córdova, de 66 años y con problemas en la rodilla, relató: “Yo estoy pendiente siempre de que llueva para ver si agarro un poquito de agua para echarle a la poceta”. Desde el año pasado envía su ropa a la casa de su hija para poder lavarla.

En su casa solo llega el servicio 20 minutos al día y con bajo caudal, por lo que en el fondo de su casa y en la cocina acumula más de 15 envases entre botellas de dos litros y poncheras para recoger agua. “Ya tengo los brazos reventados de tanto cargar pipote”, dijo.

En el urbanismo entran a diario camiones cisterna privados los cuales cobran cinco dólares cada mil litros de agua, un monto que algunos vecinos no pagan al depender de una pensión de menos de un dólar. Otros por su parte utilizan sus vehículos para cargar tanques y tambores en casa de otros familiares. “Estamos fatal (…) todo el mundo anda buscando agua, botellones tras botellones”.

Promesas incumplidas

Vecinos afirman que, pese a que el gobernador de Bolívar, Justo Noguera, el presidente Hidrobolívar, Gustavo Imeri y Dennis Díaz, jefe de operaciones de la hidrológica, saben de las carencias que están presentando, el urbanismo continúa desatendido.

Representantes de Hidrobolívar semanas atrás aseguraron que los visitarían para buscar posibles mejoras para el suministro del agua. Una de las promesas fue hacer una inspección en las válvulas del urbanismo. De “ir al otro día” y “en media hora”, la visita de la cuadrilla se extendió a más de dos semanas y hasta este martes seguían sin asistir al sector.

José Mora comentó que hay días en los que ni siquiera sabe si llegó o no el agua, debido a que el suministro llega entre las 3:00 y 5:00 de la mañana y solo por 20 minutos y en el peor de los casos ni siquiera llega. “Lo que escuchamos es el crujido de las llaves, porque empieza con un gorgoteo… Eso es pura emoción, nos mandan pura emoción”, exclamó.

Al afectado le ha tocado buscar de cuatro a cinco garrafas de 20 litros en casa de otros familiares para poder asearse. “Para bañarme tipo motica de algodón”, expresó.

Cada vez peor

“Tenemos dos años en esto y cada día ha ido empeorando, tenemos desde noviembre que nos llega una hora, media hora y con eso estamos subsistiendo”, afirmó uno de los afectados que prefirió no identificarse. Recriminó que pese a estar rodeados de ríos y estar en una zona céntrica, no tengan suministro.

El afectado mantiene seis envases en las afueras de su casa para recoger agua de la lluvia. “En el jardín es donde medio logramos recoger, la situación se nos ha hecho muy crítica (…) no tenemos agua para echarle a las pocetas”, denunció.

Su madre de 91 años en los últimos dos días no ha podido asearse. “No queremos seguir viviendo así”, afirmó el vecino.

Otro de los habitantes señaló que las autoridades de Hidrobolívar los mantienen engañados con la promesa de soluciones que nunca llegan. “El gobierno se llena la boca en decir que somos una potencia ¿Una potencia de qué? de miseria, a eso es lo que nos han llevado”, recriminó.

Recogiendo de cisternas

Las carencias de agua afectan a varios sectores que dependen del acueducto de Puerto Ordaz. Habitantes de Campo B de Ferrominera Orinoco, Villa Brasil, Alta Vista y Villa Colombia han protestado en reiteradas ocasiones por las carencias en el suministro.

Esta última comunidad, por ejemplo, puede pasar semanas sin suministro de agua y cuando llega apenas es por unas pocas horas. Anais Tello, vecina de Villa Colombia, manifestó que entre lunes y martes no habían recibido agua por tubería durante más de dos horas.

La afectada se tiene que dirigir hasta una pequeña plaza cercana a su casa para recoger agua durante las dos horas que llega y eso con mucha suerte. “Tenemos que esperar que llegue el agua en la madrugada o exponernos a veces a salir hacia la placita a las 5:00 de la mañana para ver si está llegando el agua”, dijo. 

La mañana de este martes recibieron suministro en un camión cisterna a través del Regimiento Bolívar de la Guardia del Pueblo. Adultos mayores, mujeres y niños salieron a recoger en baldes y botellones agua para uno o dos días cuando mucho. “Yo en mi vida había estado cargando agua, ya los brazos me duelen”, expresó.

Posible problema en redes

El acueducto de Puerto Ordaz tiene una capacidad de bombeo de 1.800 litros por segundo, pero la ha perdido y no puede abastecer de manera eficiente las parroquias Cachamay, Universidad y Unare, que demandan por encima de los 2.500 litros por segundo.

Esto ha generado que las zonas más altas de estas parroquias tengan agua por tubería seis horas, 20 minutos o nada de servicio. José Valdez, vicepresidente de Hidrobolívar, señaló que no ha habido fallas en el acueducto que generen una situación diferente a recibir agua en la mañana y en la tarde y que, realizarán una investigación para determinar qué pudo haber mermado aún más el suministro, aunque prevé que las fallas puedan estar en la red de suministro.

Hidrobolívar desde 2018 anunció un plan de redistribución de urbanismos del acueducto de Puerto Ordaz, al acueducto Suroeste o Industrial que trabajan con menos demanda, con la finalidad de generar un desahogo y que sectores de estas tres parroquias tengan más horas de agua al día.

Sin embargo, esto aún no se ha cumplido. “Lo que se necesita es dinero”, dijo Valdez. De acuerdo con el vicepresidente los recursos se debían haber aprobado hace un año y desde el ministerio de agua no han aprobado el presupuesto para el programa de redistribución. “Es algo del gobierno central”.

Pese a las fallas, Valdez invitó a los ciudadanos a cancelar las deudas pendientes con la empresa. “Sin plata es muy difícil operar esto (…) el dinero a nosotros nos alcanza para pagar la nómina y para pagar las sustancias químicas para mantener el agua potable”, afirmó.

Resaltó que trabajos de importancia que impliquen mover maquinaria, remplazar un tubo, romper calles son casi imposibles. “Cada día los subsidios, los financiamientos y todas esas cosas, se van reduciendo”, advirtió.